Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

domingo, 4 de agosto de 2013

La falta de fuste

Para aquellos que me lean y no sean españoles aclaro lo que quiere decir esta expresión coloquial, podría ser sinónimo de falta de madurez, irresponsabilidad, estar crudo o poco hecho como persona; en definitiva, ser inmaduro.

Escribo cuando han pasado diez días del horrible accidente que en España se ha llevado la vida de setenta y nueve personas, más un sinfín de heridos, algunos de ellos muy críticos. No voy a entrar en el deporte nacional de buscar rápidamente culpables para condenarles sin piedad, pero sí me choca los comentarios que en una determinada red social hacía un maquinista de renfe presumiendo de las velocidades desorbitadas que lograba alcanzar; ¿se daba cuenta ese hombre que jugaba con la vida de las personas que llevaba?, ¿nos damos cuenta cada uno que nuestros comportamientos a veces irresponsables pueden ocasionar mucho mal físico o moral a los demás?. Nos lamentamos cuando suceden las desgracias, pero, ¿pensamos que sí tuviéramos más fuste algunas las podríamos evitar?.
Me gustaría hacer recapacitar a mis lectores cómo este ambiente de superficialidad, de frivolidad, de simpleza orquestado por unos y fomentado y seguido por una gran mayoría puede tener, está teniendo unas consecuencias que se vuelven contra la sociedad que lo ha creado.

Este ambiente de frivolidad, de estulticia no sale solo, se fomenta por medio de la TV que nos ofrece unos modelos de comportamiento que no son tales; leyes inmorales que frivolizan con el matrimonio, la sexualidad, etc. la prensa, películas, juegos, etc.; se fomenta un afán de competición en lo malo y a veces somos tan inconscientes y tan miopes que no sabemos ver las consecuencias. Dios nos da un tiempo de vida para aprovecharlo y por desgracia muchas veces nos dejamos influir por la moda imperante y atontante y nos dedicamos a jugar con las personas y con nosotros mismos; tenemos una visión superficial de las cosas que espanta.
¿Nos hemos parado a pensar en esas personas ya desaparecidas que emprendieron sin saberlo su último viaje?. Con toda seguridad cualquier día seremos tú y yo los que agotemos nuestro tiempo, ¿lo habremos sabido aprovechar?

Me gustaría que pensáramos sobre ello y sacáramos consecuencias para rectificar el rumbo.

 

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