Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

sábado, 8 de noviembre de 2014

Historias apasionantes

Una de las voces que han sonado con más fuerza en el pasado Sínodo de la Familia en defensa de la doctrina católica sobre el matrimonio y la familia fue la del arzobispo de Riga (Letonia), Zbigniew Stankevics, un hombre con un pasado peculiar: presionaron a su madre para que lo abortara, tuvo formación científica en inteligencia artificial, fue miembro de las juventudes del Partido Comunista, durante años buscó el sentido de la vida en el yoga y las religiones orientales y tomó a Cristo como Maestro (y Señor) en un grupo ecuménico en el Moscú soviético.

Un país que se divorcia al 77%
Con una tasa de divorcio del 77% los letones lo saben casi todo sobre la desestructuración de la familia. Stankevics señala, sin embargo, que los que se casan por la Iglesia en Letonia sólo registran una tasa de ruptura del 14%, pese al ambiente divorcista del país.

Durante el Sínodo, Stankevics habló en Radio Vaticana con las ideas claras: “La misión de los padres sinodales no es hacer una apertura mal definida, sino aplicar en la situación actual la enseñanza de la Iglesia”.

Y añadió: “hemos de enfrentar los retos contemporáneos sin perder nuestra identidad católica y sin renunciar a la verdad sobre el matrimonio”.

De vuelta a Riga tras el Sínodo, el arzobispo aseguró a la prensa local: “La enseñanza de la Iglesia no ha cambiado ni se espera que cambie. Ni el Sínodo ni el Papa pueden cambiar lo que está escrito en el Evangelio, que contiene las verdades fundamentales. El problema hoy consiste en reavivar esa realidad”.
Sin miedo a ir contracorriente
Stankevics es un hombre valiente al que nunca le ha importado ir contracorriente. Por ejemplo, muchos nacionalistas letones le criticaron cuando propuso que sería bueno que todos en Letonia conociesen el idioma ruso, que tiene como propio casi un tercio de la población, pero que el resto asocia con la odiada ocupación soviética que duró de 1940 a 1990.

“A mí me gusta comunicarme con la gente en su propio idioma”, explicó él. “Tengo familiares con los que hablo en polaco, otros en ruso y otros en letón. En familia suelo usar el polaco; en la escuela usaba el letón; usaba el ruso en el grupo Ecumena y lo uso mucho para leer literatura. Después aprendí inglés e italiano”.

Cuando planeaban abortarle
Otro momento en que llamó la atención de la población letona (allí sólo el 20% de la población es católica) fue cuando se debatía ampliar el aborto en el país en 2002. Él entonces era un simple sacerdote recién ordenado.

Reveló en un texto titulado “Por qué fui afortunado” que era un superviviente del aborto: presionaron a su madre para que lo abortase.

Las presiones no eran de nadie lejano: era su propia tía, la hermana de ella, médico, la que le decía que abortase por una causa “gravísima”: por tener 40 años. Por suerte, la madre de Stankevics, de fe católica y origen polaco, se negó pese al ambiente abortista generalizado de la era soviética.

El padre Stankevics en 2002 insistió en proclamar la enseñanza católica: “La Iglesia siempre ha mantenido que cualquier aborto intencionalmente provocado es moralmente malo”. Con todo, Letonia aprobó el aborto libre durante las 12 primeras semanas de embarazo, pero debido a cambios de hábitos y económicos y al esfuerzo de organizaciones provida el aborto fue descendiendo en el país: en 1991, con ritmos aún soviéticos, había casi 45.000 abortos (frente a 34.000 nacimientos vivos). En 2011 los abortos eran 7.000 al año.

Del marxismo al karate y el yoga
La misma historia de fe de Stankevics es la de un buscador contracorriente.

En la infancia dejó la fe católica de su madre y asumió las enseñanzas, en apariencia tan científicas y racionales, del marxismo que le enseñaban en la escuela.
Propaganda soviética en letón

jueves, 6 de noviembre de 2014

Honestidad

La honestidad es el amor a la dignidad humana en uno mismo. La justicia, el amor a la dignidad humana en los demás.

La honestidad solo tiene una fórmula: entrega generosa al prójimo y a los propios deberes.

Honestidad es reunir la inocencia de los niños, la generosidad de los jóvenes y la responsabilidad de los mayores.

No se puede ser bueno sin compromisos exigentes con cosas nobles. Al que le faltan, se lo comen los instintos y la pereza.

Uno siempre es más indulgente consigo mismo que con los demás. Por eso, la honestidad consiste en invertir la tendencia.

Honrado es el que es capaz de reconocer lo malo que tiene él y lo bueno que tienen los demás.

Hace falta grandeza para aceptar que un compañero lo hace mejor. Y todavía más para alegrarse.


La envidia y los demás pecados capitales no se pueden extirpar de nuestra conciencia. Pero hay que mantenerlos enanos como los bonsáis.

martes, 4 de noviembre de 2014

Historieta didáctica

Una vez un grupo de tres hombres se perdieron en la montaña y había solamente una fruta para alimentarlos a los tres, que casi desfallecían de hambre. Se les apareció entonces Dios y les dijo que probaría su sabiduría y que dependiendo de lo que mostraran les salvaría. Les preguntó entonces Dios qué podían pedirle para arreglar aquel problema y que todos se alimentaran.

El primero dijo: “Que aparezca más comida", Dios contestó que era una respuesta sin sabiduría, pues no se debe pedir a Dios que aparezca mágicamente la solución a los problemas sino trabajar con lo que se tiene.

Dijo el segundo: "Entonces haz que la fruta crezca para que sea suficiente", a lo que Dios contestó que no, pues la solución no es pedir siempre multiplicación de lo que se tiene para arreglar el problema, pues el ser humano nunca queda satisfecho y por ende nunca sería suficiente.

El tercero dijo entonces: "Mi buen Dios, aunque tenemos hambre y somos orgullosos, haznos pequeños a nosotros para que la fruta nos alcance". 

Dios dijo: "Has contestado bien, pues cuando el hombre se hace humilde y se empequeñece delante de mis ojos, verá la prosperidad".

Se nos suele enseñar siempre a que otros arreglen los problemas o a buscar la salida fácil, siempre pidiendo a Dios que arregle todo sin nosotros cambiar o sacrificar nada. Por eso muchas veces parece que Dios no nos escucha pues pedimos sin dejar nada de lado y queriendo siempre salir ganando. Muchas veces somos egoístas y siempre queremos de todo para nosotros.

Seremos felices el día que aprendamos que la forma de pedir a Dios es reconocernos débiles, y ser humildes dejando de lado nuestro orgullo. Y veremos que al empequeñecernos y ser mansos de corazón veremos la prosperidad de Dios y la forma como Él sí escucha.
!


lunes, 3 de noviembre de 2014

Conocer a ... Lolo

Manuel Lozano Garrido, Lolo, hoy 3 de noviembre celebra la iglesia su fiesta.

Joven de Acción Católica, periodista y escritor, en silla de ruedas durante 32 años, y ciego durante sus últimos 9 años. Comunicador de alegría a los jóvenes desde su invalidez.
Cuando se presentó en Madrid su biografía, “Lolo, un ciego a los altares”, el Cardenal Javierre decía: “Conociendo la predilección que nutre el Papa con los jóvenes y enfermos, cabe imaginar el gozo con que Juan Pablo II habrá de dar su bienvenida a Lolo, al hacer su ingreso en la Congregación de los Santos...”
Y añadía: “No es difícil suponer la alegría que le espera a Juan Pablo II viendo a un inválido ascender a la gloria de Bernini. Conviene que la Congregación de los Santos convierta las escaleras en rampas. No me consta de precedentes de una subida en silla de ruedas. Por ello me encanta pensar que la Providencia haya reservado a “LOLO” el privilegio de semejante primado”.
El 17 de diciembre de 2007 el Papa Benedicto XVI decretaba como heroicas la vida y virtudes de Manuel Lozano. Dos años más tarde, sus restos mortales fueron trasladados al convento de las Carmelitas Descalzas de Linares.
El 29 de septiembre de 2009, la Congregación para las Causas de los Santos aprobaba como milagrosa la curación de un niño, por mediación de Lolo, sancionando el Papa el decreto que reconocía tal milagro, por lo que se fijó su beatificación para el 12 de junio de 2010. El obispo de Jaén destacó su beatificación al ser preguntado sobre la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo:
...es un canto a la vida, hasta el último instante, desde su silla de ruedas (...) encajando su dolor y su sufrimiento desde una perspectiva muy alta (...) Desde su fe, él es alegre y siempre se le ve con una sonrisa en los labios en esa situación. Otros se desesperan o no ven sentido ya a su situación, a su vida, y piden, incluso, terminar. En cambio, él hasta el último instante fue un canto a su vida. Esta es la gran lección que quizás debamos aprender...
En junio de 2010, fue beatificado, en el recinto ferial de Linares, en una Celebración presidida por Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Al día siguiente, durante el rezo del Ángelus, el Papa Benedicto XVI tuvo unas palabras de recuerdo para Lolo, poniéndolo como ejemplo para periodistas, al ser el primero en ser beatificado:
Los periodistas tienen en él un testimonio de la creencia en el bien que se puede hacer cuando la pluma refleja la grandeza del alma y se pone al servicio de la verdad y las causas nobles

Reflexiones
Os hablo a vosotros, que vivís siempre de cara a las estrellas, aunque la vida os ponga a veces un telón de tejas y ladrillos.

Mirad si ya sois gente la que puebla la Tierra... Bueno, pues para cada uno tengo Yo una estrella y todavía me queda para los que vengan e incluso me sobran para guardar.
Cuando vais a nacer, Yo cojo una, la bruño y os la prendo en la frente a la hora del  bautizo. Y luego, la vida y los accidentes os la van oxidando, como la humedad estropea las cosas metidas en los rincones. De vez en vez, cuando pensáis y decís de ser buenos, Yo aprovecho, alargo mi brazo y os bruño con la manga las luces de la frente, y mi paz osrutila como el cometa que corre por el cielo.

Cuando llega el otoño, veis caer la niebla, la lluvia y hasta oís cómo ruge el huracán, pero, a pesar de todo, sabéis que las estrellas están fijas en el firmamento y parpadean por encima de la borrasca. Así también con las tribulaciones, el dolor y las horas grises. Tendréis lágrimas en los ojos, roces y líneas anubarradas en el horizonte, el gozo mío y los cascabeles de mi corazón transminan las tempestades y se meten radiantes en el corazón, como los Rayos X traspasan vuestro pecho para curiosearlo por dentro.

Mirad: cuando alguien sonríe, apenas si necesitáis de su palabra. Os lo dice todo con el  destello de los ojos y la comisura de los labios. Conmigo igual, o mucho mejor, porque Yo os hablo con los sucesos y todas las cosas que os rodean. Lo que os va a pasar mañana, Yo lo sé mucho antes y lo tengo en la cabeza y el corazón como la novela que habéis leído en la hora de reposo. Mi mano es tan poderosa como la del niño que hace un juego de arquitectura y retira a voluntad las piezas que no le gustan. Me sé de memoria el dolor que os tiene que venir y todas las zancadillas que os pondrán en la vida. Si no os las quito, confiad en que más vale así, porque todos los caminos pasan por el arco gozoso de mi cariño. Mi ternura es como el sidol de las criaturas que tienen alma. A un padre no se le olvidan nunca los gastos de cada mes, y hasta los domingos os da para que vayáis al cine y compréis caramelos. Al lado de mi Providencia, la ternura de un padre es como un grano de anís. Si Yo estoy en que los granos de espiga tengan una cascarilla y la fruta cera para que no se pudra, ni que decir tiene que mi brazo está por dentro del dolor necesario para que nunca os tambaleéis y tengáis fuerza para meter en tierra el grano de vuestra vida, a fin de que se pudra y dé fruto. Los ojos que se cierran los pulmones que se envaran, el ritmo anárquico del corazón, el andar que se hace prohibitivo, son cosas que se ven aquí tan negras porque están ya mudadas a la Gloria, instaladas en mi Reino, desde donde Yo tiro de toda vuestra naturaleza.

El dolor, pensadlo bien, es como una niebla física, que dura diez o quince años, el tiempo que estéis en un sanatorio o en el cochecito, pero, si confiáis en Mí, os garantizo que cada "ay" es como una pasada de mis dedos que van puliendo los resplandores de vuestra felicidad. Antes que nada, que no se os olvide de pensar en Mí como en un Padre.



domingo, 2 de noviembre de 2014

Reflexión

Me enseñó mi padre que había que odiar el delito y compadecer al delincuente; lo escribo cuando una vez más la corrupción vuelve a estar tristemente de moda en España. En estas líneas no pretendo acusar a nadie ni eximir de culpabilidad; lo que pretendo es reflexionar yo y hacer reflexionar a quien me lea sobre las causas de esta lacra.

Ciertamente el afán desmedido por el "dios dinero" es una de las causas, pero a mi juicio hay otra  que no está de moda y pasamos de puntillas en esta sociedad descafeinada y con leche desnatada, (a este café le llaman "desgraciado" en el argot de la hostelería). Me refiero a la descristianización, si no hay Dios, si no hay creencias firmes, todo está permitido y así nos va.

Me contaba un profesional de la economía que, cuando alguien le proponía algo que rozaba la moral, él contestaba con una frase que se hizo famosa entre sus clientes y conocidos: "hacer esto... no me lo permite mi religión" y el asunto quedaba zanjado.


Vuelvo al comienzo, odio el delito pero compadezco al delincuente que vive sin Dios y bastante pena lleva esa vida consigo aunque a los ojos de algunos les pueda parecer envidiable. No es oro todo lo que reluce, dice el refrán.