Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

viernes, 16 de agosto de 2013

Y fin de las leyes por ahora


Más sobre el discernimiento de la razón práctica

Cualquiera que reflexione sobre cómo usa la razón práctica puede darse cuenta que esa razón opera de tal manera que da por supuesto que el bien debe hacerse mientras que lo malo debe evitarse.

Además de esto, la razón práctica recurre a otros conocimientos (adquiridos por uno mismo o recibidos de otros), por ejemplo, es bueno no hacer a otros lo que no se quiere para sí. Cuando estos criterios son suficientemente universales los llamamos principios.

A partir de ellos, mediante procesos discursivos, la razón formula otros criterios más concretos como, por ejemplo, los que han sido recogidos en el Decálogo. Y así sucesivamente.

El papel de las inclinaciones naturales

En su labor de discernimiento, la razón práctica recibe una ayuda inestimable de las inclinaciones naturales en cuanto que éstas tienden al bien y por tanto lo manifiestan.

Obviamente es la razón la que confirma o no, en cada situación, si el bien al que se dirige cada tendencia concreta está integrado en el bien entero de la persona.

Ley natural y ser

Por todo esto, se podría decir que la ley natural es el deber de la libertad de ser fiel a lo que uno ontológicamente es (Cotta).

Normativamente podría formularse así: “hombre,sé lo que eres”,  “compórtate de tal manera que se vea siempre quién eres”.

Un poco de terminología: ley, valor moral y norma moral

La ley natural se despliega en los valores morales, que la persona encuentra en su humanidad, y que se imponen con tal fuerza que no pueden ser rechazados por la libertad humana.

Es decir, en su realización presentan un carácter normativo y preceptivo: ser veraz, respetar la vida… Son la experiencia moral individual de la dignidad del “ser persona” (Caffarra).

Los valores morales generan las normas morales, reflejo de la Ley natural, que expresan de modo imperativo y concreto el bien moral contenido en una acción.

Propiedades de la ley natural

Universalidad

Inmutabilidad  

No admite excepciones.

Universalidad: Ya hemos visto que la ley natural es la expresión normativa de la naturaleza humana en cuanto tal, dictada por la razón .

Todos los hombres comparten la misma naturaleza incluida la razón. En consecuencia, para todos es válida la misma ley natural.

Esto es lo que se quiere afirmar cuando se dice que la ley natural es universal. Es decir, afecta a todos los hombres respetando sus particularidades.

Inmutabilidad: Mientras la persona sea un ser humano, lo que es bueno o malo para él ahora, lo será siempre a lo largo de la historia. En la hipótesis que el hombre se transformara en otra cosa (un ser distinto) lo bueno y lo malo cambiaría de acuerdo con su nueva naturaleza.

Esto es lo que se quiere afirmar cuando se dice que la ley natural es inmutable.

La inmutabilidad de la ley natural es compatible con que pueda darse – y de hecho se da - un progreso o un retroceso en la percepción de la ley.

Ley Nueva o Evangélica

“Por la ley natural el hombre participa de la ley eterna en la medida de su capacidad natural. Pero para ser conducido al último fin sobrenatural necesita una norma de orden superior. Por eso recibe además una ley dada por Dios que entraña una participación más elevada de la ley eterna” (S.Th, I-II, q.91, a.4, ad 1).


miércoles, 14 de agosto de 2013

Asunción de la Santísima Virgen María




“Pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma de revelación divina que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta [no “ascendió”] en cuerpo y alma a la gloria celeste”. (S.S. Pío XII. 1-Noviembre de 1950)


Seguimos con las leyes


Elementos de la ley moral
1.      conocer: indicación de algo como un “bien” (aspecto cognitivo).
2.    tender: consecuente inclinación hacia ello (aspecto tendencial).
3.    obrar: dirigido – mediante la razón – a la consecución de ese bien.

Lo “natural” y lo “razonable”
l  Hay cosas que son conformes a la naturaleza de la persona humana (alimentarse, amar, decir la verdad) y cosas que le son contrarias (anorexia, odiar, mentir).

l  Eso quiere decir que quien busca el bien, su bien, ha de preferir lo favorable a la naturaleza y evitar lo contrario.
La ley natural, orden de la razón

l  La indicación de lo que es bueno para la persona y la indicación en qué medida eso es bueno, en tanto que dictadas por la razón (y no por otra potencia como el apetito), es lo que llamamos ley natural.
l  Se dice natural, no en relación a la naturaleza del cosmos o a la constitución física de los seres, sino a la razón “natural” que traduce un hecho (alimentarse es bueno) en norma moral (hay que alimentarse con medida).

Entonces, ¿qué papel juega la naturaleza de la persona en la constitución de la ley natural?

Se puede afirmar que la misma humanidad de la persona humana es la regla, la medida del obrar, de manera que éste será bueno o malo según sea conforme o disconforme al hombre en cuanto hombre.
También por experiencia sabemos que respetar lo que pertenece a cada uno (justicia), decir la verdad (las palabras coinciden con lo que se piensa), etc., son cosas que necesita la misma humanidad para seguir siendo y creciendo como humanidad.

¿Y el papel de la razón práctica?
La razón práctica discierne lo que pertenece o no a la humanidad.

Esa razón tiene capacidad para distinguir la medida en que algo (alimentarse) es conforme o no al ser humano. (Comer es bueno y comer en exceso es dañino) o  la evidencia (matar es malo).
Puesto que la razón que discierne es la razón práctica, su discernir no es meramente conocer, sino también ordenar el obrar, es decir indicar lo que se debe hacer y/o lo que se debe evitar. Eso es lo que constituye la ley natural.

Situaciones límite

l  Precisamente porque la ley natural no es una ley escrita como en un código, sino el ordo rationis, ante una agresión mortal, por ejemplo, la razón entiende que el bien “respeta la vida”, en ese caso, significa “haz lo que puedas para salvaguardar tu vida y la de otros neutralizando el agresor y si es preciso incluso procurando su muerte”. Esto no contradice ni es una excepción a la ley natural que supone el respeto de la vida, sino el modo razonable de respetar la vida en esa situación concreta.

martes, 13 de agosto de 2013

¿Qué es la ley?

(Aunque estemos en agosto voy a dedicar unos días a dar nociones sobre lo que tiene que regir sin más remedio en una sociedad para que funcione; espero que sirvan estas reflexiones)

Significado de la palabra “ley”

-Relación determinada y constante entre cantidades variables que integran un fenómeno: las leyes de las matemáticas, de la química, etc. (ley física)
Reglas esenciales de una técnica, de un arte, y similares: las leyes de la pintura (ley práctica).
- Norma que regula la conducta individual o social de los hombres (ley moral).
- Norma  promulgada por los órganos legislativos del Estado, que establece derechos y deberes de los ciudadanos (ley civil).
- Regla de comportamiento emanada de la autoridad competente en vista de un bien que se ha de promover (ley en general).

¿Y qué es la ley moral?

Se entiende por ley moral, aquella ley que mira al bien del hombre en cuanto tal.
La ley moral la forman: la ley eterna, la natural y la evangélica.
Además de la ley moral, hay “leyes” humanas que, porque miran al bien tienen un contenido moral.
La ley moral mira al bien del hombre en cuanto tal. Las leyes humanas persiguen el bien común, en cuanto es necesario para convivir en armonía y paz.

La ley eterna, fundamento de la ley moral

La ley moral supone que el Creador con su sabiduría, poder y bondad  ha  establecido para el hombre que éste alcance su bien de una determinada manera.
Lógicamente la “manera” no puede ser otra que la adecuada a la naturaleza o ser que le ha dado, es decir a su ser persona.

Ese orden en Dios se llama ley eterna. Toda ley, especialmente la ley moral, está contenida y procede de la ley eterna.
¿Qué es pues la ley eterna?

San Agustín  define la ley eterna como la “razón y voluntad divinas que  mandan observar y prohíben alterar el orden natural” (Contra Faustum 27, 27: PL  42, 418).
Santo Tomás la llama “razón de la divina sabiduría que dirige todas las acciones y movimientos de las criaturas en orden al bien común de todo el universo” (S. Th, I-II, q.93, a.1).

lunes, 12 de agosto de 2013

Más sobre la envidia


Donde reina la envidia no puede vivir la virtud ni donde hay escasez de liberalidad. (Miguel De Cervantes)

La grandeza inspira envidia. La envidia engendra rencor. Y el rencor genera mentiras. JK Rowling

A menudo se hace ostentación de las pasiones, aunque sean las más criminales; pero la envidia es una pasión cobarde y vergonzosa, que nadie se atreve nunca a admitir. François De La Rochefoucauld