Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

sábado, 23 de noviembre de 2013

Otra historia apasionante


Sebastián Bustamante es un joven chileno que hace pocos años estaba sin bautizar y perfectamente ajeno a Dios. “Antes no iba a misa, y ahora no me pierdo ninguna homilía. El día que no voy a comulgar, me falta el aire, hay algo que no funciona bien en mi vida. Por eso le doy gracias a Dios en cada minuto, por no pensar en el materialismo y en el consumismo, agradecer por las cosas que me han pasado, con una tranquilidad espiritual tremenda”

Sus padres rompieron a los 14 años
La separación de sus padres, fue como una bomba atómica para Sebastián Bustamante. Tenía catorce años de edad y el hecho cambió el eje de su vida y también condicionó la realidad íntima de su alma. “Había crecido en una familia normal, y enfrentar la separación de mis padres era demoledor. Sentí profundamente la ruptura. Fue así que comencé a portarme mal en el colegio, era contestador y tenía malas notas”.

El filósofo Nietzsche, seductor del alma
Preso de una rebeldía incontrolable, descubrió una filosofía donde el hombre tenía todo el protagonismo y esto le dio la oportunidad de afirmar su rechazo a cualquier idea de un Dios que finalmente poco y nada había hecho, en su parecer, para proteger a su familia. “Leía mucho a Nietzsche. Era mi mentor y tenía bastante cercanía con él. Pensaba en la postura del «superhombre», que todo giraba en torno a él y la razón. Yo no creía en nada, era un escéptico, para quien el hombre es consecuencia de su propia naturaleza y es llamado a tomar así sus decisiones” (…) “Todas las cosas malas que me habían pasado se las atribuía a Dios, porque pensaba que dañaba. ¡Tanta gente que hablaba de Dios, que lo retrataba como alguien bueno, que entregaba amor y permitía que pasara esto! (la separación de sus padres)”.

Ambición de éxitos humanos
La juventud y la retórica que adquirió durante la adolescencia, confiesa Sebastián, sirvió para que forjara una exacerbada ambición. “En ese momento quería tener una estabilidad económica, zapatillas lujosas, tener dinero, el exitismo humano”. Más adelante, en la universidad, el discurrir de su mente tomaría nuevos rumbos…

Una amiga en la universidad
“En 2010 entré a estudiar derecho y conocí a Marcela. La nuestra es una carrera muy exigente, que demanda muchas horas de estudio, no menos estrés y poco tiempo para perder. Y descubrí en ella a una amiga”. Este vínculo sustentado en el afecto espontáneo, nada de elaborado y ajeno a cualesquier interés que no fuere el disfrutar la compañía del otro en el mutuo respeto lo marcó. Marcela era una figura significativa y… “conversando, una tarde cualquiera –recuerda Sebastián- me reveló que participaba en el movimiento mariano. Cuando me hablaba sobre el catolicismo, o mencionaba la palabra «Jesús» o «Dios», a mí me daban escalofríos por dentro, no me gustaba”.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Pensamientos de... Chesterton


La aventura podrá ser loca, pero el aventurero ha de ser cuerdo.
El optimista cree en los demás y el pesimista sólo cree en sí mismo.

En todo aquello que vale la pena de tener, incluso en el placer, hay un punto de dolor o de tedio que ha de ser sobrevivido para que el placer pueda revivir y resistir.

El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia.

Admiramos las cosas por motivos, pero las amamos sin motivos.

¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios.

Siempre se ha creído que existe algo que se llama destino, pero siempre se ha creído también que hay otra cosa que se llama albedrío. Lo que califica al hombre es el equilibrio de esa contradicción.

Todos los educadores son absolutamente dogmáticos y autoritarios. No puede existir la educación libre, porque si dejáis a un niño libre no le educaréis.

Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina.

La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta.

 

jueves, 21 de noviembre de 2013

Conocer al personaje... Romano Guardini


Romano Guardini (Verona Italia de 1885 - Múnich 1 de octubre de 1968)

Romano Guardini fue hijo de padres italianos. Vivió la mayor parte de su vida en Alemania, donde su padre trabajó como diplomático. Se ordenó sacerdote de la Iglesia Católica y fue uno de los líderes de los movimientos espirituales e intelectuales que desencadenaron después las reformas aprobadas por el Concilio Vaticano II.

En 1923 se le dio una posición en filosofía de la religión en la Universidad de Berlín, que mantuvo hasta ser forzado a renunciar por los Nazis en 1939. En 1945 Guardini fue nombrado profesor en la Facultad de Filosofía en la Universidad de Tübingen, y dio lecciones de filosofía de la religión. Finalmente, en 1948, se conviritó en profesor de la Universidad de Múnich, donde permaneció hasta retirarse, por razones de salud, en 1962.

Se le admira por sus dotes en teología, vida espiritual, filosofía, pedagogía y arte. Entre sus discípulos se cuenta a varios "grandes" que marcaron el pensamiento teológico posterior.

Pensamientos

Entrega y valor real significa saber que uno ha sido colocado en un puesto determinado y no por un pequeño comandante.

Solo el amor nos permite ver a otro tal como es.

 

martes, 19 de noviembre de 2013

Uno de Lepe. Receso


Un hombre está en una gasolinera, repostando su depósito, pagó su gasolina y se compró un refresco.
Se quedó un rato, apoyado sobre su coche, para beberse su refresco y observó a dos hombres que estaban trabajando a lo largo del arcén de la carretera.
Uno de ellos hacía un hoyo de 70 u 80 cm de profundidad y continuaba hacia delante.
El otro venía detrás de él y rellenaba el hoyo.
Los dos hombres pasaron por delante de donde estaba el hombre del refresco y continuaron a lo largo de la carretera.
Este último pensó... "No puedo aguantar esto", tiró el bote al contenedor de la basura, y se dirigió por la carretera hacia los dos hombres.
"Esperen, esperen un momento", dijo a los hombres.
"Me pueden explicar qué es lo que están haciendo, ¿con todo esto de excavar y rellenar los hoyos?"
"Pues mire usted hacemos nuestro trabajo", dijo uno de los hombres.
"Pero uno de ustedes está cavando un hoyo y el otro lo está volviendo a rellenar. No están produciendo nada.  
"Usted no lo entiende, señor", dijo el otro hombre, apoyándose en su pala y secándose el sudor.
"Normalmente somos tres los que trabajamos: Pepe, Juan y yo.
 Pepe excava el hoyo, Juan mete el árbol en el hueco, y yo vuelvo a rellenarlo con la misma tierra que hemos sacado". Pero han despedido a Juan... Así que ahora sólo quedamos Pepe y yo".

 

 

domingo, 17 de noviembre de 2013

Merece la pena leer hasta el final


¿Cuántos obispos han estado en primera línea de un aborto?

¿Cuántos obispos pueden decir: "Yo sostenía una vasija mientras el doctor retiraba un bracito, una piernita, y luego el resto del cuerpo destrozado de un pequeño niño no nacido"? Al menos uno: el arzobispo de Denver.

Era bien sabido que el arzobispo Samuel Aquila era un firme defensor de la vida y un activista incansable del derecho a nacer. Las catequesis que impartió en la JMJ de Madrid a cientos de jóvenes de lengua inglesa demostraban que conocía el tema de cerca. Cuando era obispo de Fargo
hacía procesiones con el Santísimo ante clínicas abortistas. Pero casi nadie sabía lo cerca que ha visto el aborto.

Sucedió cuando era un joven estudiante de medicina, aún alejado de la fe, que se pagaba los estudios trabajando como sanitario en un servicio de urgencias médicas. Lo acaba de contar en una impactante Carta Pastoral a su diócesis
, con motivo de los 40 años de aborto despenalizado en EEUU.

Así empieza esta Carta Pastoral: hay pocas tan intensas y testimoniales entre los escritos modernos de obispos.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

Fui a la universidad en universidad en 1968 con la idea de convertirme en doctor como mi padre. A fines de los 60s y en los 70s, los campus universitarios eran lugares de mucha agitación.

En los tres primeros años en la universidad, yo no practiqué mucho mi fe, y ciertamente, nunca imaginé que el Señor me llamaría a ser obispo.

Pasé mis primeros tres años de universidad trabajando como auxiliar y asistente en la sala de emergencia en el Centro de salud de la universidad y en un hospital en California, durante las vacaciones de verano.