Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

jueves, 6 de julio de 2017

Tema actual

Un conocido deportista ha tenido la idea de comprar dos niños; no juzgo a nadie pero es bien triste que una madre -quizás en serios apuros económicos- haya vendido a sus hijos; porque no nos engañemos aquí se podría aplicar el dicho: "madre no hay más que una y a ti te encontré en la calle". Madre es la que ha dado a luz a sus hijos después de meses de gestación, lo demás son "apaños" de los que todavía desconocemos las consecuencias. Las cosas claras.


Para ir preparando el ambiente propicio para acoger la mal llamada maternidad subrogada, en español "compra-venta de niños, ya se encargan los medios de comunicación de "tocar la fibra sensible" presentando las correspondientes fotos enternecedoras del comprador de hijos ajenos, pero yo me pregunto: ¿alguien ha pensado en el derecho del niño de tener y vivir con sus verdaderos padres?; ¿alguien ha pensado que está práctica es la utilización y abuso de la mujer por un caprichoso que piensa y consigue comprar hijos como si se tratara de un par de zapatos?.

domingo, 2 de julio de 2017

Sabia respuesta

La Respuesta de un sabio

Dos niños patinaban en un lago congelado de Alemania. Era una tarde nublada y fría. Los niños jugaban despreocupados.

De repente, el hielo se quebró y uno de los niños se cayó, quedando preso en la grieta del hielo.

El otro, viendo su amigo preso y congelándose, tiró un patín y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas hasta conseguir quebrarlo y liberar al amigo.

Cuando los bomberos llegaron y vieron lo que había pasado, preguntaron al niño:

“¿Cómo conseguiste hacer eso? ¡Es imposible que consiguieras partir el hielo, siendo tan pequeño y con tan pocas fuerzas!

En ese momento, el sabio Albert Einstein, que pasaba por allí, comentó:

Yo sé cómo lo hizo.

- ¿Cómo? - Le preguntaron.

Es sencillo, respondió Einstein, no había nadie para decirle que no era capaz”.

'Dios nos hizo perfectos y no escoge a los capacitados, sino que capacita a los escogidos'. 

Hacer o no hacer algo, sólo depende de nuestra voluntad y perseverancia’. (Albert Einstein)


Conclusión :
Preocúpate más por tu conciencia que por tu reputación. Porque por tu conciencia eres lo que eres, y por tu reputación eres lo que los otros piensan de ti. Lo que los otros piensan de ti, es problema de ellos.