Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

sábado, 18 de enero de 2014

La tolerancia

Hay palabras que me da la sensación que se usan con mucha frecuencia pero que a veces se distorsiona su significado, me refiero a la palabra tolerancia; ¿Quién no ha oído que hay que ser tolerante?, y pienso que todos estamos de acuerdo, el problema surge cuando el consejo encierra a mi juicio una gran carga de intolerancia por parte de quien lo da que a falta de argumentos para defender sus tesis, ataca al supuesto adversario y como guinda añade el consejo: “hay que ser tolerante” para señalar que quien no está de acuerdo del él es un intolerante.

Por eso hoy quiero aportar un grano de arena sobre el significado de la palabra tolerancia que significa “no impedir algo ilícito, pero tampoco aprobarlo”. Sin embargo en el lenguaje de la calle a veces se aplica para  admitir cualquier cosa porque todo es igual de válido; y eso es admitir que la verdad no existe. Sería una persona tolerante aquella a la que todo le pareciera bien.

En la historia ha habido, hay y habrá posturas intolerantes con la excusa de la defensa de la verdad en todos los bandos, en todas las creencias. Por eso Juan Pablo II pidió perdón, (otros no lo han hecho), pero los cristianos creemos en Dios misericordioso que es Amor y esa es la razón por la que tenemos que procurar siempre que nuestros hechos y palabras vayan de acuerdo con nuestras creencias.

Sin embargo no se consigue la tolerancia porque se niegue la verdad, eso es el germen del Relativismo. Por supuesto que hay variedad de opiniones, y todas dignas de respeto, pero no hay variedad de “verdades”, la verdad para que lo sea tiene que coincidir con lo real.

Todas las personas y por el hecho de ser personas con inteligencia, estamos obligados moralmente a buscar la Verdad y a adherirnos a ella, pero recordando siempre que la verdad no se impone sino en virtud de sí misma.


viernes, 17 de enero de 2014

¡SEAMOS CLAROS!!

            En estos días seguimos asistiendo al debate sobre el aborto, y me llama la atención la ausencia de razones y argumentos de los que se confiesan partidarios, se reducen prácticamente a dos:

  1. Considerarlo como un derecho de la mujer
  2.Considerarlo como una cuestión religiosa.

Empiezo por la segunda: El aborto no es solamente una cuestión religiosa, es una cuestión fundamentalmente científica  que se centra en saber cuando empieza una vida. En el año 460 a. de C. (no existía el Cristianismo), un famoso médico ideó un juramento que entre otras cosas decía: “A nadie daré una droga mortal, aunque me fuera solicitada, ni daré consejo a tal fin. De la misma manera, no daré a ninguna mujer sustancias abortivas; mantendré mi vida y mi arte alejado de culpa”. Ya entonces se sabía que en el vientre de la mujer vivía un sujeto distinto a la madre.

El derecho a la vida es el primer derecho humano aprobado por la ONU y a ese organismo pertenecen países con pueblos de muy distintas creencias.

En segundo lugar, considerarlo como un derecho de la mujer, a mi juicio resulta una argumentación simplista, en primer lugar porque el aborto es matar a un inocente que no tiene posibilidades de defenderse y no me casa que un crimen pueda ser un derecho de nadie.

La nueva vida se desarrolla sí dentro de la mujer pero en su génesis es necesario la aportación del varón y éste también tendrá algo que decir (echo de menos la opinión de los partidarios de la igualdad, ¿o es que esta supuesta igualdad es desigual según convenga?)

Y en tercer lugar quiero aportar lo que a mi juicio está en la base de la virulenta diatriba que ha llegado hasta el Parlamento Europeo en un intento de menoscabar el derecho de cada país para legislarse a sí mismo, el interés económico; hay demasiadas ganancias en el negocio de las clínicas abortivas y mucha  gente empeñadas en él.

¡¡Seamos claros!!.


jueves, 16 de enero de 2014

DIEZ PALABRAS


“YO", EVITÉMOSLA. La palabra de dos letras más egoísta

"EGO", ELIMINÉMOSLA. La palabra de tres letras más venenosa...

“AMOR", PRACTIQUÉMOSLO. la palabra de cuatro letras más usada.

"RUMOR", IGNORÉMOSLO. la palabra de cinco letras más rápida...

“PERDÓN”, APLIQUÉMOSLO. la palabra de seis letras más necesaria…

“NOSOTROS", USÉMOSLA. La palabra de siete letras más satisfactoria...

“HUMILDAD", APRENDÁMOSLA. La palabra de OCHO letras más AGRADABLE…

"CONFIANZA", TENGAMOS FÉ. la palabra de nueve letras más esencial...

“JESUCRISTO", SIGÁMOSLO… la palabra de diez letras del que nunca falla…

“Y”, la palabra de una sola letra que nos recuerda que siempre hay que unir más que crear división.

















lunes, 13 de enero de 2014

Consejos para la vida

La verdadera ciencia de la vida consiste en aprovechar al máximo el día presente, el día de hoy, olvidando el pasado y dejando en paz el futuro.

Hay personas que cargan sobre sus débiles hombros tres sacos a la vez: un saco pequeño, fácil de llevar: es el saco de penas, trabajos y alegrías de un solo día, el día de hoy. Un segundo saco pesado, abrumador, el del pasado: son esas gentes que vuelven y vuelven a recordar las penas pasadas, los fracasos que tuvieron, las heridas que sufrieron. Se empeñan en rascar las heridas y así siempre están sangrando y nunca se curan. Y todavía se empeñan en llevar un tercer saco  pesado,  el del futuro.  Son los que miran al mañana con miedo, esperando siempre lo peor.

Llevar hoy la carga de mañana unida a la de ayer, hace vacilar y tambalearse al más fuerte, pero nadie nos manda vivir así. Nadie nos manda llevar al mismo tiempo los tres sacos. El Señor de la vida hizo las cosas más sencillas y nos dijo: "Bástale a cada día su afán". El creó el día para trabajar, luchar y esforzarnos y creó la noche para dormir, descansar y olvidar.

Así en realidad la vida consta de un solo día. Cada noche podríamos decir que nos morimos por unas horas cuando dormimos, para resucitar nuevamente al despertar por la mañana.

¿Por qué no vivir un solo día por vez? El pasado ya pasó, no volverá; déjalo en paz. Si puedo sacar del pasado alguna buena lección, la saco, pero si no, lo dejo, lo olvido. Nada gano recordando mis problemas y amarguras de ayer. El futuro por otra parte aun no llega, no sé si llegará por lo tanto, ¿por qué me voy a preocupar?

Lo único que tengo, lo único de lo que soy dueño, es de este día de hoy, y lo voy a vivir y disfrutar como si fuera el único día que voy a tener. Un día es una vida entera en miniatura. Tenía razón aquel poeta cuando decía "Mira a este día porque es la vida, la mismísima vida de la vida. En su breve curso están todas las verdades y realidades de tu existencia: la bendición del desarrollo, la gloria de la acción, el esplendor de las realizaciones. Porque el ayer es solo un sueño y el mañana solo una visión, pero el hoy bien vivido hace de todo ayer un sueño de felicidad y de cada mañana una visión de esperanza, mira pues bien a este día.

Ante una ardua tarea solemos pensar en toda la vida, pero ¿sabemos acaso cuanto nos va a durar la vida?

Todo el mundo puede soportar su carga, por pesada que sea, hasta la noche; todo el mundo puede realizar su trabajo, por duro que sea, durante un día. Se puede vivir pacientemente, de modo amable y sano hasta que el sol se ponga y esto es realmente lo que la vida significa.

Tengo un día de vida y nada más. Con él puedo hacer maravillas o destruirlo. Lo que no puedo es vivir una semana, un mes, un año a la vez. Se vive HOY.

No corras por la vida tan rápido que olvides, no solamente donde has estado sino hacia dónde vas.

Y para conseguir vivir el día a día hay que luchar y esforzarse.