Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

viernes, 8 de noviembre de 2013

Anécdotas de Churchill


Cuando Churchill cumplió 80 años un periodista menor de 30 fue a fotografiarlo y le dijo:- Sir Winston, espero fotografiarlo nuevamente cuando usted cumpla 90 años.

Respuesta de Churchill: ¿Por qué no? ¡Ud. parece bastante saludable!
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Shaw: “Estimado Winston Churchill y muy digno primer ministro: Tengo el honor de invitarlo al estreno de mi obra Pigmalión. Venga y traiga un amigo… si lo tiene”.

Firmado  Bernard Shaw.

Respuesta: “Agradezco al ilustre escritor la honrosa invitación. Infelizmente no podré concurrir a la primera presentación. Iré a la segunda… si la hay”.
Firmado  Winston Churchill. 
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Sucedió en el Parlamento inglés. Fue durante uno de los discursos de Churchill en el que una diputada de la oposición, pidió la palabra.
Todos sabían que a Churchill no le gustaba que interrumpiesen sus discursos. Pero la palabra le fue dada a la diputada y ella dijo en tono alto y claro:

-‘¡Sr. Ministro, si Vuestra Excelencia fuese mi marido, yo pondría veneno en su café!'
Churchill, con mucha calma, se quitó los lentes, y en aquel silencio en el que todos estaban esperando la respuesta exclamó- ¡Y si yo fuese su marido, me tomaba ese café!

 

 

jueves, 7 de noviembre de 2013

Conocer a...SIR WINSTON CHURCHILL


Sir Winston Leonard Spencer Churchill, (1874-1965 Londres) fue un estadista, historiador, escritor y orador británico. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1953. Se le concedió por sus obras históricas, sus artículos periodísticos y por sus brillantes discursos, que lo erigen como uno de los principales oradores del siglo XX . Primer Ministro de Inglaterra
Pensamiento

"Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema."

“La falla de nuestra época consiste en que sus  hombres no quieren ser útiles sino importantes”.
“Las actitudes son más importantes  que las aptitudes”.

“Tu creas tu propio universo durante el camino”
“Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”.

“Una buena conversación debe agotar el tema, no a los interlocutores”.
“Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar”.

“El diplomático es una persona que primero piensa dos veces y  finalmente no dice nada”.
“Pasé más de la mitad de mi vida preocupándome por cosas que jamás iban a ocurrir”.

“Nunca en el campo de los conflictos humanos, tantos le debieron tanto, a tan pocos”.
“El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso  sin desesperarse”.

“Personalmente siempre estoy dispuesto a aprender, aunque no siempre me gusta que me den lecciones”.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Dos sinvergüenzas menos


Hay noticias que saltan a la palestra y que a un porcentaje alto de personas nos hace pensar si es que la justicia ya no existe. Pienso que la verdadera justicia solamente la imparte Dios, los demás somos aprendices y por desgracia muchas veces ni eso.

Decía Aristóteles que la conducta humana se mueve por tres motivos: el placer, el interés o por lo que es adecuado y justo. A veces oímos con bastante frecuencia, más de la deseable, la expresión “se me apetece” y la hemos convertido en regla de oro, cumplimos por tanto uno de los tres motivos que señalaba el filósofo; por otra parte, el interés personal y a lo sumo el familiar está a la orden del día, cada uno busca su interés, lo que le va bien, y a veces sin pensar si eso que a él le va bien es justo o no, ocasiona un perjuicio a alguien o no. ¿Y quién se para a actuar por el tercer motivo, lo adecuado y lo justo?, les dejo la respuesta a mis lectores.
Pero entonces me pregunto yo, ¿por qué nos quejamos cuando decimos que ya no existe la justicia?. Pienso que tenemos que ser conscientes que estamos recogiendo lo que tan alegremente hemos sembrado. No podemos vivir de espaldas a nuestra conciencia, es más la necesitamos porque de otra forma estamos colaborando probablemente sin saberlo a que exista una sociedad injusta que ni nosotros mismos la podemos soportar a veces.

En este mismo blog he hecho muchos llamamientos a rectificar el rumbo, no me canso de hacerlo, pero nos tenemos que convencer de la verdad que encierra las palabras de un gran santo: “si tú y yo procuramos hacer las cosas bien, por lo menos habrá dos sinvergüenzas menos”.
Dejemos de suspirar por un mundo, una sociedad mejor y vamos a ponernos manos a la obra.

martes, 5 de noviembre de 2013