Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

sábado, 8 de septiembre de 2012

En memoria de Carmen Martínez Albarracin


La creadora de este blog tiene una deuda de gratitud con Carmen Martínez; cuando hace ya diez meses decidí hacer un blog y me puse a la tarea, encontré en Carmen un apoyo incondicional, me dio ideas, se ocupó de enviárselo a gran cantidad de amigos y conocidos repartidos por distintos continentes con lo que contribuyó en gran medida a la difusión que “Parada y Fondo” ha tenido.

          En febrero le diagnosticaron una grave enfermedad y a pesar de ello Carmen continuó apoyándome, casi podría decir que lo ha hecho hasta su último aliento, prácticamente hasta que ya no le fue posible levantarse.

          Esta mañana he asistido al entierro de Carmen en Granada y quiero con estas breves líneas agradecerle su apoyo y rendirle un pequeñísimo homenaje a la que fue una gran docente entregada por completo a su tarea de enseñar.

          Este blog y su autora, te echaremos de menos. Muchas gracias, confío que desde el Cielo me sigas dando ideas y apoyándome.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Cohabitación y ruina matrimonial


 He leído en una agencia de noticias, un artículo que me ha parecido muy interesante, versa sobre el estudio que ha realizado Anee-Marie Aubert sobre la cohabitación.
La autora ha reunido resultados de cientos de investigaciones sobre los efectos sociales, emocionales y financieros de la cohabitación y el matrimonio. Se ha Hecho en Canadá y Estados Unidos.

El estudio muestra que la cohabitación previa al matrimonio provoca índices de divorcio mas altos. Según la Encuesta Social General Canadiense, en el grupo de edad entre 20 y 30 años, el 63% de las mujeres cuya primera relación había sido de cohabitación se había separado, mientras que la proporción de separaciones entre las que se habían casado sin convivir previamente, la proporción fue de un 33%, exactamente un 30% menos.

Entre las causas, señala Aubert que se escoge la cohabitación porque no requiere fidelidad sexual. Los datos indican que la experiencia de una cohabitación de menor o nulo compromiso conforma el comportamiento marital posterior y que a menor compromiso, inseguridad e incluso separación de bienes y falta de fidelidad, los índices de ruptura son mayores. Hay más datos  por ejemplo que las parejas que han cohabitado antes de casarse, tienen un comportamiento menos positivo a la hora de resolver los problemas que se puedan presentar, se apoyan menos el uno al otro.

Otra característica de la cohabitación es su naturaleza inestable. Más de la mitad de las uniones de hecho se disuelven en los primeros cinco años.

Aubert comenta que tiene efectos en los niños. Para los hijos, la cohabitación significa un mayor riesgo de vivir en una estructura familiar inestable porque su madre cohabita con un hombre que no es su padre. Está comprobado que estos niños tienen unos resultados escolares inferiores además de problemas en su comportamiento.

Otros problemas afectan a la capacidad de la madre para dar una atención adecuada a sus hijos, ya que su pareja no suele estar vinculada a los niños. Los abusos físicos son también mas frecuentes; los niños corren mas riesgo de ser maltratados por el novio de su madre que en las familias biológicas. Las niñas, por su parte, corren mas riesgo de abusos sexuales.

Aubert muestra que el matrimonio tiene muchos beneficios tanto para los esposos como para los hijos. Sorprende que los legisladores y los políticos que teóricamente deben velar por el bien común, no tengan en cuenta estas consideraciones que están avaladas por estudios sociológicos serios.