Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

sábado, 14 de junio de 2014

Todo lo que a veces pasa...

Carol Everett dirigía cuatro abortorios en Texas entre los años 1977 y 1983, hasta que un encuentro con Jesucristo la convirtió en militante de la causa provida.

El pasado 8 de mayo, durante la Cena de la Rosa que sigue tradicionalmente a la Marcha Nacional por la Vida de Washington, Carol explicó con crudeza la naturaleza del que fue durante aquellos años su negocio.

"Yo vendía abortos", confesó: la clínica era "como una ubre" de la que extraía una comisión, a tanto por aborto. Tanto más negocio cuantos más abortos realizara. Afirmó,
según recoge el Catholic Register, que la inversión necesaria para montar un abortorio se recuperaba prácticamente en un mes.

La "educación sexual" prepara el terreno

Una de las partes más interesantes de su intervención fue cuando explicó que los programas educativos de educación sexual amparados por los poderes públicos (y que suelen presentarse como destinados a "evitar embarazos no deseados") sirven para preparar el terreno al negocio del aborto, "rompiendo el pudor natural de los niños y dañando así el vínculo parental, porque lo que se les enseña sobre sexo y masturbación les avergüenza, de modo que no se sienten a gusto contándoselo luego a sus padres".

Otra forma en la que se prepara a los niños para el aborto, continuó la doctora Everett, es induciéndoles a un consumo de píldoras anticonceptivas en baja dosis que, para ser eficaces, tienen que tomarse todos los días a la misma hora. La mayor parte de las adolescentes no consigue cumplir esa pauta y, confiada sin embargo en el método, acaba quedando embarazada.

Por último, apuntó a que "la industria del aborto tiene una agenda con la píldora abortiva RU-486", y si no funciona adecuadamente, la mujer tiene que acudir a un aborto quirúrgico: "No introduzcáis fármacos de aborto químico en vuestra nación", exhortó a los presentes, pues actualmente está en proceso de aprobación en Canadá.

Asimismo, recordó que los consejeros partidarios del aborto jamás hablan de la adopción como alternativa, y muchos tienen una formación de telemarketing para conseguir cuanto antes una cita para el abortorio, con frases como "nosotros nos haremos cargo del problema" o "nadie tiene por qué saberlo".

viernes, 13 de junio de 2014

Más reflexiones breves sobre lo más importante

El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir. (Albert Einstein)

Dios no manda cosas imposibles, sino que al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas. (S. Agustín)

No pidáis a Dios que os de una carga apta para vuestros hombros; pedidle unos hombros aptos para vuestras cargas. (Phillips Brooks)


Amigos míos, Dios me es necesario porque es el único ser que puede amar eternamente. (F. Dostoyeusky)

miércoles, 11 de junio de 2014

Reflexiones sobre Dios

Prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que existe. Porque si después no hay nada, evidentemente nunca lo sabré, cuando me hunda en la nada eterna; pero si hay algo, si hay Alguien, tendré que dar cuenta de mi actitud de rechazo. (Pascal)

Solo conozco dos tipos de personas razonables: los que aman a Dios de todo corazón, y los que le buscan de todo corazón porque no le conocen. (Pascal)

Nadie niega a Dios, sino aquel a quien conviene que Dios no exista. (S. Agustín)


Cada criatura al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no ha perdido la esperanza en los hombres. (Tagore)

martes, 10 de junio de 2014

Trstisima realidad







Siento publicar estas fotos, pero me sorprende la cerrazón de algunos y algunas ante el horrendo crimen del aborto

domingo, 8 de junio de 2014

Elegancia 2

La elegancia es la presencia de lo bello en la figura, en los actos y movimientos y en la compostura. Aristóteles decía que la compostura (por supuesto, él la llamó de otra manera: afabilidad) versa sobre lo que resulta agradable o desagradable en los dichos y hechos respecto de los hombres con quienes se convive. Esto no es otra cosa que las buenas maneras de las que hoy tanto se habla y tan poco se practican.

Santo Tomás de Aquino, por su parte, afirmaba que la compostura o decoro es una virtud que regula los movimientos externos del cuerpo.

Mantener la compostura exige cuidado, tiempo, arreglo en definitiva. Esto obliga a dedicarse atención, a ocuparse de uno mismo y de la propia apariencia. Si uno no quiere mostrarse desaliñado debe cuidar su exterioridad, cortarse las uñas, cambiarse de ropa, prestar atención, evitar las manchas y los malos olores. Perder la compostura es una forma de perder la dignidad y la belleza.

LAS ELEGANCIAS INTERIOR Y EXTERIOR

Hemos llegado a través de la belleza a la dimensión moral de la elegancia, algo que constituye el fondo y sustrato de la otra dimensión, corporal y externa: quien no vive en armonía con sus sentimientos y sus tendencias, quien no sabe lo que quiere y no obra como debe, quien vive en discordia consigo mismo y con los demás, quien no conoce la serenidad y la mesura en sus deseos y acciones, quien es desconsiderado con la realidad que le rodea, quien no reproduce dentro de sí, en su voluntad, afectos e inteligencia, ése no puede ser elegante porque no es bueno, ni dueño de sí mismo.

El universo interior es lo más importante de la persona; por encima de su coche o de su armario, y ese universo abarca desde nuestras opiniones, nuestros criterios, hasta nuestros gustos, preferencias. Mientras unos tienen pensamientos vulgares, chabacanos, prosaicos, groseros, a otros sus pensamientos les llevan por ámbitos culturales y artísticos, presididos por la delicadeza y la finura de espíritu. Pensamos en función de lo que somos (elegantes o vulgares), porque la elegancia siempre va unida a la sencillez, que no a la simpleza.

El gusto estético es otra cualidad de la elegancia interior. No todo el mundo posee la misma capacidad para captar la belleza, y por lo tanto para elegir lo mejor, lo más bello. La cultura en todas sus manifestaciones es el alimento que va depurando nuestros gustos estéticos, que no son algo estático, sino que se van transformando; por tanto, la elegancia es siempre dinámica, por eso cada época tiene sus cánones de belleza y elegancia que responden a la sensibilidad estética de un tiempo determinado. La elegancia tiene siempre un toque de vanguardismo. No es justo identificar lo elegante con lo clásico.

Juan Garcia Inza