Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

viernes, 1 de noviembre de 2013

Sobre la madurez


No se madura sin sufrir. La madurez llega cuando has perdido tantas batallas como las que has ganado.
Ya dijo Polifemo que crecer no es lo mismo que mejorar.

La primera madurez se logra cuando controlas la conducta; la segunda, cuando controlas la lengua; la tercera, cuando controlas el miedo a morirte.
Para entender a un niño hay que recordar la infancia; para entender a un viejo hay que olvidar la juventud.

Como Jonathan Swift, al llegar a viejo, hay que hacer el propósito de no contar siempre lo mismo, de no lamentarse por la salud y de no criticar a los que vienen detrás.
Para no repetirse hay que esforzarse en aprender. Y esto, siendo viejo, es heroico.

Del libro Aforismos. Juan Luis Lorda. Edit. Rialp

jueves, 31 de octubre de 2013

Otra historieta aleccionadora


Alfonso Aguiló. www.interrogantes.net

El abuelo se había hecho muy viejo. Sus piernas flaqueaban, veía y oía cada vez peor, babeaba y tenía serias dificultades para tragar. 

A su hijo y a su nuera, esto les desagradaba cada día más. En una ocasión —prosigue la escena de aquel cuento de los Hermanos Grimm—, cuando le servían la cena, al abuelo se le cayó el plato y se hizo añicos contra el suelo. 

La mujer comenzó a quejarse de la torpeza de su suegro, diciendo que lo rompía todo, y que a partir de aquel día le darían de comer en una cubeta de plástico. El anciano suspiraba asustado, sin atreverse a decir nada.

Un rato después, vieron al hijo pequeño manipulando en el armario. Movido por la curiosidad, su padre le preguntó: "¿Qué haces, hijo?" El chico, sin levantar la cabeza, repuso: "Estoy preparando una cubeta para daros de comer a mamá y a ti cuando seáis viejos." 

El marido y su esposa se miraron y se sintieron tan avergonzados que empezaron a llorar. Pidieron perdón al abuelo, y a su hijo, y todo cambió a partir de aquel día. Su hijo pequeño les había dado una severa lección de sensibilidad y de buen corazón.

martes, 29 de octubre de 2013

Las siete maravillas del mundo


Autor Desconocido
Un grupo de estudiantes de Geografía estudiaba las siete maravillas del mundo.  Al término de la clase se les pidió hacer una lista de las que ellos consideraban deberían ser realmente las Siete Maravillas del Mundo.

A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría votó por lo siguiente: Las Pirámides de Egipto, El Taj Mahal, El Gran cañón, El Canal de Panamá, El Empire State, La Basílica de San Pedro, La Muralla China.
Mientras se hacía la votación el maestro notó que una estudiante permanecía aún callada y no había entregado aún su lista.  Así que le preguntó si tenía problema para hacer aún su elección.  La muchacha tímidamente respondió:

—Sí, un poco.  No podía decidirme pues son tantas las maravillas.
El maestro dijo:
—Bueno, dinos lo que haz escrito y tal vez podamos ayudarte.


La muchacha titubeó y después leyó:
—Creo que las Siete Maravillas son: Poder tocar, poder saborear, poder ver, poder escuchar.
..
Titubeando un poco continuó:
—Poder sentir, poder reír y... poder amar.


Al terminar de leerlas el salón de clase quedó en un silencio absoluto.

 

domingo, 27 de octubre de 2013

Es de sabios...




Una vez me hicieron notar que los barcos si quieren llegar al puerto fijado tienen que rectificar muchas veces el rumbo, las olas, las mareas, los vientos pueden desviarle imperceptiblemente de la ruta fijada y si el capitán no rectifica el rumbo corre el riesgo de no llegar a su destino.
Pienso que algo semejante nos pasa a las personas, en algunos momentos de nuestra vida fijamos nuestros objetivos, lo que queremos ser, lo que queremos hacer, a donde queremos llegar, pero no basta con haber adoptado esas decisiones porque también nosotros sufrimos reveses, contratiempos, cambios de planes y tenemos que ajustar nuestros objetivos pequeños y grandes.

Rectificar es de sabios, empecinarse de lo contrario. A veces surgen nuevos datos, se abren nuevas perspectivas y debemos volver a pensar o incluso a abandonar un plan y cambiarlo por otro. No es ausencia de convicciones, es flexibilidad y la vida diaria exige flexibilidad.
Hay un nuevo letrero en el lateral de este blog que dice así: "cambia tus hojas pero no pierdas tus raíces. Cambia de opinión pero no pierdas tus principios". De eso se trata, de aprender a distinguir lo cambiante de lo esencial, lo primero se cambia rápido, lo esencial, lo importante tiene que perdurar y tenemos que aprender a defenderlo, pero nunca hagamos lo contrario: seamos personas de convicciones firmes.