Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

viernes, 5 de junio de 2015

¡Ay con el "se me apetece...!

ME APETECE
1. ¿Por qué está mal, si me apetece? Porque no todo lo que apetece es bueno. Junto a la inclinación natural al bien, tenemos una patente inclinación al mal que debemos dominar. Esta tendencia al mal comenzó con elpecado original.
2. ¿Qué es el pecado original? El que cometieron Adán y Eva y ha sido origen de los demás pecados. Cuando ellos desobedecieron a Dios, la naturaleza humana sufrió un duro golpe. Quedaron privados de la amistad e intimidad divinas, perdieron el paraíso y quedaron sujetos al dolor y la muerte. Apareció también la inclinación al mal. Y esta situación la heredamos todos los hombres. Por esto, para obrar bien hay que esforzarse.
3. ¿No dicen que el Bautismo borra el pecado original? De ese modo se recupera lo principal: la amistad y filiación divinas y la posibilidad del cielo. Pero el dolor y la tendencia al mal permanecen. No es poca cosa lo recuperado, sobre todo si se tiene en cuenta que costó la Cruz de Cristo.
4. ¿Es bueno rezar sólo cuando apetece? Suprímase la palabra "sólo". Una persona corriente trabaja cuando le gusta y cuando no; se preocupa de su familia cuando le ilusiona y cuando no, etc. Igualmente se debe dedicar tiempo a Dios cuando apetece y cuando no, pues el bien no siempre apetece.
5. ¿Qué hacer cuando lo razonable no apetece? La oposición entre razón -conciencia- y apetencias origina una tensión interior debido a la dificultad que se encuentra para ser coherentes. La respuesta correcta es optar por el bien aunque cueste. Pero no siempre se encuentra este camino, pues hay varias posibilidades:
  • Hago lo que me gusta aunque sea incorrecto. (Es un error).
  • Hago lo razonable aunque no apetezca. (Es correcto, pero cuesta).
  • Intento engañarme modificando lo razonable. (Es un error). Aquí se incluye el caso de quien no quiere pensar ni escuchar -no atiende a razones, se dice-.
  • Intento modificar los gustos para que sean razonables. (Es correcto).
6. ¿Cómo modificar los gustos? Haciendo lo razonable con buena cara. Al realizar el bien se adquiere facilidad para repetirlo. Al hacerlo con alegría interior (buena cara) se torna más gustoso (placeres). Y la perseverancia consigue que la nueva inclinación arraigue en el alma. Sobre esto puede verse el tema sentimientos.
7. ¿Siempre lo razonable es bueno? La inteligencia humana también puede equivocarse. Por esto es importante pedir consejo y saber escuchar. Sin embargo, al decir "lo razonable" se supone un pensamiento correcto, pues si fuera falso no se llamaría razonable.


miércoles, 3 de junio de 2015

Amabilidad

AMABILIDAD
1. ¿Qué es la amabilidad? La amabilidad es el hábito o cualidad de tratar agradable y delicadamente a los demás.
2. ¿Amabilidad y sociabilidad coinciden? Se parecen; pero la sociabilidad alude a convivir bien en una sociedad, mientras que la amabilidad es más general y se refiere a tratar bien a todos, se conviva o no con ellos.
3. ¿Amabilidad equivale a refinamiento? No siempre. El refinamiento a veces es peor que la grosería. La verdadera amabilidad nace del interior, no es sólo una careta externa. A veces por fuera hay cortesía y se evitan las salidas de tono, palabrotas y gritos. Pero al mismo tiempo se capta la falsedad y el desprecio solapados. No se escucha una palabra más elevada que otra, pero las frases suaves pueden ser más hirientes, con auténticas agresiones psíquicas. Esta falsedad hace que la apariencia amable sea repelente.
4. ¿Algún secreto para la amabilidad? El secreto para ejercitar la amabilidad es querer a la gente de verdad. La amabilidad es asunto de cariño, de querer a los demás. Sólo así el trato transcurrirá con delicadeza amable. Sin falsedades, porque se les aprecia de verdad.
5. ¿Y alguna dificultad especial? La amabilidad tiene una dificultad añadida: en parte depende de los demás. Si uno vive en un ambiente de caridad, será fácil tratar bien a la gente pues hay una inclinación mayor a quererles. En cambio, si se vive en un ambiente hostil, la tendencia natural será responder a las agresiones con energía, o al menos apartándose, aunque sólo sea por instinto de supervivencia. En estos casos, el camino de la cortesía y delicadeza es más duro pero se debe mantener. Habrá que sembrar amabilidad para recoger ese mismo fruto aunque la cosecha se vea lejana. Adonde no hay amor, ponga amor, y sacará amor.
6. ¿Algo que ayude a ser amables? Queremos tratar educadamente a los demás porque deseamos su bien, y porque el Señor les ama. Nos gustaría recibir por su parte un trato semejante, pero no somos acogedores para que nos devuelvan su afecto. Queremos ser amables, aunque los demás no cultiven esta virtud.
7. ¿Amabilidad y fortaleza se oponen? No se oponen, aunque a veces no es fácil armonizar fortaleza y amabilidad. Por ejemplo, al negar a los hijos o al novio un capricho. Lo ideal sería mantener firme la negativa, pero expresarla con palabras que hieran lo menos posible. Nada fácil a veces. Aquí se aplica el conocido recurso de firmeza ante el error y comprensión con las personas, viviendo la verdad con caridad.
8. ¿Cómo ejercitar la amabilidad? Es cuestión de practicar la caridad al tratar a las personas, buscando hacerles la vida agradable en los momentos en que se coincide con ellos. Por ejemplo, procurar sonreír, adivinar sus gustos, anticiparse a servirles, dejar que elijan lo mejor, etc.

De: www.ideasrapidas.org


martes, 2 de junio de 2015

Aforismos

Resumía Dale Carnegie que lo más importante para hablar en público es tener algo que decir.

Decir lo que todo el mundo sabe es aburrir. Pero hacer que caiga en la cuenta de lo que sabe es sabiduría.

Con solo exponer el asunto en ocho partes, está garantizado el aburrimiento general.

Lo que es excesivamente razonable es excesivamente aburrido.

Hay quien cree que hablar en público es ametrallar con palabras.


La única salida para el que actúa en público y no es guapo, es ser divertido.