Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

sábado, 16 de enero de 2016

Comentario

Ayer publiqué los peligros que acechan a la naturaleza humana y el primero es "riqueza sin trabajo".

Pienso y no creo exagerar, que hemos hecho del dinero un “semi dios”. Que es necesario nadie lo pone en duda, pero también es verdad que cada vez queremos más y en la mayoría de los casos para alimentar necesidades inútiles, muchas de ellas.

Y ocurre que queremos el dinero por supuesto, pero lo que no queremos es el esfuerzo que supone ganarlo; por eso nos encontramos a personas que no quieren asumir responsabilidades, lo que quieren es saber cuánto van a ganar.

Otros para ganar dinero sacrifican familia, salud, honra y cuando se entrega la honra nos encontramos con los corruptos que tanto nos molestan y tanto daño hacen.

La realidad es que no tenemos en nuestra cabeza un orden de valores que nos lleve a valorar lo importante y podemos caer en lo que dice el dicho le pasó a Ildefonso Romero:

"Aquí yace Idelfonso Romero.
Cuando era joven perdió la salud para ganar dinero.
Para recuperar la salud gastó su dinero.
Aquí yace Ildefonso Romero
Sin salud y sin dinero".


Viene bien recordarlo, nos iremos a la tumba sin nada material, solo nos acompañará la rectitud de vida, las buenas obras y como dice el aforismo que publiqué hace días, a los que creemos nos espera el Cielo, a los que no, les espera solamente un hoyo.

jueves, 14 de enero de 2016

Más aforismos

El cristianismo es un brote de ingenuidad sana que renace entre las viejas y amargadas espinas de la tierra.

Que unos pobres pescadores se repartieran por el mundo predicando que un ajusticiado es Hijo de Dios, es una osadía tan extrema que solo puede ser verdad.

Que haya que amar al enemigo e incluso rezar por él, es una de las mejores demostraciones de la verdad cristiana, porque en esta tierra, no se haya dicho nada más difícil y, a la vez, más hermoso.

La verdad del cristianismo se manifiesta en que conecta con todo lo honrado: el amor a la familia, a los débiles, al trabajo y a la sobriedad. Por eso, los que son honrados sintonizan; y los que no, braman.

Cuando a alguien le irrita la inocencia cristiana es que es corrupto.


Los cristianos sabemos que tenemos preparado un cielo. Los que no creen solo saben que tienen preparado un hoyo.

martes, 12 de enero de 2016

¡¡¡Al fin una manifestación de sentido común!!!

El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, considera «estupendo que las mujeres amenazadas» lo denuncien y «haya posibilidad de evitar el crimen con nuevos mecanismos de alerta», a la vez que sostiene que «el problema serio radica en que en esas parejas no ha habido verdadero matrimonio». El prelado advierte que las leyes contra la violencia en la familia no cambian el corazón de las personas que causan esa violencia.
«Dejémonos ya de las zarandajas que la ideología de género enturbia. Cuando digo que no hay verdadero matrimonio, no estoy pensando sólo en el matrimonio canónico; también en el civil, ante el representante del Estado», ha asegurado el primado toledano en la publicación Padre Nuestro.
A su modo de ver, «la mayor parte de las mujeres que mueren lo son por sus maridos que no las aceptan, las rechazan por no aceptar tal vez sus imposiciones; o por su expareja, o también por el que convivía con ella; frecuentemente la reacción machista tiene su origen en que ella ha pedido la separación».
Mons. Rodríguez «no piensa en otro de tipo de uniones afectivas, donde casi lo único que les une es lo físico, lo genital y poco más». «¿Cómo se puede pensar en una relación personal entre hombre y mujer sin las más elementales disposiciones para vivir en común?», se ha preguntado.
Opina el arzobispo toledano que «entrar en la vida del otro o de la otra, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueva la confianza, el respeto y el amor; estas cualidades cuando es más íntimo y profundo el afecto, tanto más exige el respeto de la libertad y la capacidad de esperar».
También es necesaria, a su parecer, «la necesidad de dar gracias al otro o a la otra por lo que cada uno hace en favor del otro o pedir con frecuencia perdón», una «palabra difícil, pero necesaria, para que las pequeñas grietas no sean fosas profundas».
Los asesinatos y las familias que se rompen
El prelado ha mostrado su preocupación por «los asesinatos violentos, masivamente cometidos por varones contra mujeres, esposas, exparejas de hecho, en unión afectiva o divorciadas de ellos». Al mismo tiempo, ha trasladado su malestar por «las familias que por doquier se rompen» una ruptura que experimenta «un continuo crecimiento».
«Pienso que a nuestros responsables políticos y sociales no les preocupa tanto el dato, cuando con tanto ahínco han luchado para que se implante el llamado divorcio exprés», ha manifestado.
Ha reprochado a estos mandatarios que solo manifiesten y declararen «que hay que endurecer las leyes y la prevención» en los casos de violencia de género. «Por muy buenas leyes que existan o salgan de nuestros parlamentos, el ser humano es interioridad y poco se puede hacer si no se cambia por dentro».
A su juicio, no se deben denominar simplemente 'violencia de género'. El arzobispo señala que cuando ha aparecido cómo tratar este problema en los programas electorales de los partidos, se ha quedado «asombrado».
En este punto, ha considerado que las leyes positivas no pueden «sin más cambiar» el corazón de los presuntos autores de estos «asesinatos», sino que «a lo más cohibirán a algunos en sus propósitos asesinos».
Finalmente, ha alabado la labor de los centros de Orientación Familiar a los que ha agradecido «el bien que hacen». «Sois personas geniales, que utilizáis muy bien la imaginación de la caridad en esta obra espiritual de misericordia: Dar buen consejo al que lo necesita. Esa sí es manera de preocuparse de los problemas reales de las personas que forman las familias: hombres y mujeres concretos», ha concluido.