Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

viernes, 25 de julio de 2014

Sobre el matrimonio III

20 Vitaminas

- 1.Decirle todos los días que se le quiere: le gusta escucharlo, aunque ya lo sepa.

- 2.Aprender a perdonar y a olvidar los errores.

- 3.Fijarse en sus virtudes. Pensar que uno mismo también tiene defectos.

- 4.Agradecer cada día la posibilidad de tenerlo cerca: no darlo por hecho.

- 5.Proteger lo más importante que uno tiene: el amor del otro. No arriesgarlo y cuidarlo con todas las fuerzas.

- 6.Disfrutar mutuamente con cada detalle, y esforzarse por tener nuevos detalles de amor cada día.

- 7.Contagiar alegría. Prescindir de lo negativo y buscar lo positivo que las personas y las cosas encierran, ser optimistas, tener buen humor y saber reír.

- 8.Admirar y respetar al otro. Cuando uno ama a otro, es importante decirle lo que nos gusta y valoramos de él, siempre desde una posición de sinceridad y honestidad, y nunca para manipularlo o conseguir algo que deseamos.

- 9.Escucharlo. ¡Sentirse escuchado es muy gratificante!

- 10.Ser leal y permanecer fiel al compromiso adquirido, trabajar día a día para reavivar ese proyecto común, intentar que esa ilusión inicial, ese amor, crezca; o, al menos, se mantenga, y la vida resulte gratificante para ambos.

- 11.Permanecer abierto a la vida, cuidar de los hijos: el trabajo y la diversión no son lo primero.

- 12.No juzgar. No hay nada más temerario que hacer juicios temerarios.

- 13.Respetar al otro: es una persona adulta y responsable. No necesita que nadie le diga qué hacer, cómo hacerlo, cuándo hacerlo.

- 14.Quererlo tal como es.

- 15.Respetar las formas: éstas cuentan, y mucho. La familiaridad no debe convertirse en ordinariez, insensibilidad, falta de respeto o grosería.

- 16.Confiar es básico. La relación conyugal debe estar siempre presidida por una confianza básica, es decir: tener la seguridad de poder confiar en el cónyuge, y de que siempre lo encontraremos a nuestro lado.

- 17.Tomar la iniciativa, ser creativos. Cada cónyuge ha de asumir la plena responsabilidad de mejorar la relación. El matrimonio no es cosa de uno, es cosa de dos.

- 18.Aceptar los cambios, comprender que la relación es dinámica, que tanto uno como otro cónyuge cambian con el tiempo, y que los dos se tienen que ajustar a esos cambios.

- 19.Apoyarlo, respetar su libertad y procurar su pleno desarrollo personal.

- 20.Dialogar. El silencio y la incomunicación son los mayores enemigos.

Y fin de la trilogía

jueves, 24 de julio de 2014

Sobre el matrimonio II

20 Tóxicos a evitar:

-1. No decirle nunca al otro que se le quiere: se da por hecho que ya lo sabe.

-2. Guardar rencor hacia los errores del otro y no querer perdonarle.

-3. Fijarse sólo en los defectos del otro, y no en sus virtudes.

-4. Acostumbrarse a la compañía del otro: que parezca algo normal, algo que merecemos.

-5. Jugar con su amor, considerando que hay cosas más importantes: salidas frecuentes a solas, intimar con otras personas.

-6. Mecanizar la relación de amor, no poner esmero en los detalles.

-7. No reírse nunca en casa, reservando la alegría para fuera de ella.

-8. No decirle nunca al otro lo bien que hace algo, no se lo vaya a creer.

-9. Ignorar al otro.

-10. Rechazar tener hijos porque sólo dan problemas.

-11. Juzgar las intenciones del otro. Interpretar sus gestos y sus palabras: “Ya sé por qué dices esto o aquello… En el fondo, tú siempre…”.
-12. Hacer de padre o de madre para el otro. Practicar las técnicas parentales con el cónyuge: “haz esto, no hagas aquello, saluda, sonríe, come bien,…”.

-13. Utilizar la ironía, el sarcasmo, el grito, la ridiculización, la descalificación o el desdén al dirigirse al otro.

-14. Dudar, desconfiar, pensar siempre mal, adelantarse a los acontecimientos en negativo, etc.

-15. No querer al otro como es, sino como nos gustaría que fuese.

-16. Ser pasivo, esperar a que el otro tome siempre la iniciativa.

-17. Ser conformista (inmovilista). Creer que "si estamos bien", mejor no hacer cambios que "compliquen la vida".

-18. Instrumentalizar al otro.

-19. Poner barreras al diálogo: cerrar habitual y prolongadamente la comunicación.

-20. Ser infiel al proyecto en común, pero no entendido exclusivamente como las relaciones sentimentales y/o sexuales con otra persona, sino en su totalidad.



(Acaba mañana)

miércoles, 23 de julio de 2014

Sobre el matrimonio I

Para mantener una buena comunicación en el matrimonio no basta con amar al otro, sino que hay que saber cómo hacerlo. El matrimonio es un proyecto de dos que se nutre de las aportaciones de ambos esposos.

Los dos deben ser personas que evolucionen positivamente, aportando siempre lo mejor de ellos mismos y estableciendo objetivos, con un plan de vida común que les permita alcanzar un mayor grado de compenetración.

No hace falta ser personas extraordinarias ni perfectas, sólo se requiere ser personas que sepan amar. La vida matrimonial no es neutra: cada uno de los actos de los esposos fortalece su amor, y abre nuevas posibilidades o las deteriora y empequeñece.

El amor es como una planta: necesita agua (afecto, consideración, respeto, confianza, etc.), necesita abono (detalles, intimidad, ilusión, alegría, etc.), y necesita poda (rectificación de defectos, erradicación de los malos hábitos, etc.); de lo contrario, se seca.

En otras palabras, una relación conyugal madura no será posible si no la cuidamos en el día a día, si no la nutrimos con vitaminas (emociones positivas), y si no la defendemos de todo aquello que pueda envenenarla o contaminarla (emociones tóxicas).


(Sigue mañana y pasado)

lunes, 21 de julio de 2014

Más historias

En el alma de Tulio Pizarro los juegos de infancia con sus hermanos en medio de los amazónicos paisajes aledaños a San Martín (Perú) evocan raíces que ama.

Son pinceladas de un espíritu de familia que se fragmentó al separarse Hilda y Eduardo, sus padres. Mientras que ella se volcó en la administración de una panadería, Eduardo, miembro de la policía peruana, no perdía ocasión para motivar a sus hijos mayores a incorporarse en la Guardia Civil.

Tulio siguió este camino, siendo destinado en los setenta, recién egresado, a servir como socorrista marítimo. Recuerda haber salvado vidas desde un mar que luego sería figura simbólica de otro que amenazaría su vida.

Una doble vida, un salto al crimen
Tras quince años entregado por completo a su labor como socorrista policial, Tulio se casó y consolidó una familia con tres hijos. Tenía conciencia de que era vital que guiara la formación católica en sus hijos y viviera sus valores en el matrimonio. Pero “la carne tiraba” y “el precio de un pan para mis hijos, muchas veces me lo gastaba divirtiéndome con mujeres u otras personas”.
Llevando esa doble vida, explica, quiso luego ganar dinero fácil y ni siquiera reflexionó las consecuencias cuando se unió al “negocio familiar”, organizado por su primo. “No fue difícil que él me convenciera… un día se presentó en mi casa y me propuso entrar en el negocio de la venta de droga. Acepté de inmediato”.

Como buen emprendedor se avocó a expandir el negocio y sumó algunos de sus hermanos como cómplices, que trasladasen cargamentos de droga a diferentes zonas de Perú. “Me aprovechaba del uniforme”, confiesa Tulio.

Después de un tiempo, las pistas que dejaban les delataron y fue capturado con sus cinco hermanos en una redada policial. “Nunca te imaginas la magnitud de los problemas que esta decisión puede causar en tu vida y en la de tu familia. Hace ya casi doce años que dejé abandonados a mi esposa, a mis hijos y a mi madre. Recién ahora me doy cuenta de las crueles circunstancias familiares y sociales que les he hecho vivir”.

domingo, 20 de julio de 2014

Cuatro leyes sabias

Primera: "La persona que llega es la persona correcta".

Es decir, nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.

Segunda: "Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido".

Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe: "si hubiera hecho tal cosa...hubiera sucedido tal otra...". No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro "yo" se resistan y no quieran aceptarlo.

Tercera: "En cualquier momento que comience es el momento correcto".

Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es entonces cuando comenzará.

Cuarta: "Cuando algo termina, termina".

Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.