Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

sábado, 8 de diciembre de 2012




El 10 de Diciembre hace un año que este blog comenzó su andadura en la Red. Reconozco que no esperaba yo que sólo un año después tuviera ya la nada despreciable cifra de treinta y cuatro mil y pico entradas. Soy plenamente consciente que ello ha sido posible gracias a la ayuda de muchas personas y por eso hoy quiero hacer un reconocimiento público a todas ellas: en primer lugar a las hermanas Villén que me enseñaron a hacer un blog  dedicándome el  tiempo que no les sobra precisamente; a Carmen Martínez que ya se fue al Cielo y que se lo tomó con muchísimo interés no sólo dándome ideas sino también contribuyendo a darlo a conocer; a Esther P que me animó en la idea y me proporcionó algún que otro artículo;  a Estrella P que me animó antes, en y después; a Cristina G que me enseñó cosas necesarias de informática para que este blog marchara. A todas las personas que con sus comentarios le han dado vida, Adela, Juan Antonio, Esther, Rocío y otras muchas que quedaron en el anonimato. A los 25 seguidores cuyos nombres están en el blog y a tantas otras personas que entran cada día de los cinco continentes. A todas ellas reitero mi profundo agradecimiento y espero que sigan fieles a esta cita diaria que mantenemos; las animo también a escribir sus comentarios y sugerencias para que el blog sea propiedad de todos. Muchas gracias.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Sobre la autoridad


Vivimos en una sociedad digna de observación, ya hace días publiqué un artículo preguntándome si cada uno no llevamos dentro un agente del FBI; ¿motivo? Porque intentamos justificar nuestros personales equivocaciones buscando a alguien para echarle la culpa. Busquemos al supuesto culpable y quedémonos tranquilos sin hacer examen de conciencia que me lleve a rectificar y así nos va.
Ayer publiqué un chiste del famoso humorista Forges en el que para justificar la falta de autoridad del padre, éste echa mano de los famosos traumas. Tenemos una tendencia a no llamar las cosas por su nombre, quizá fruto de la cobardía. No sabemos distinguir autoridad que siempre tiene que haberla y que es compatible con los buenos modos y con el diálogo, etc., con el autoritarismo que como casi todos los “ismos” son su caricatura.

¿Qué es el autoritarismo?, el abuso de poder, el que no teniendo razones convincentes para justificar las cosas acude al golpe en la mesa. La autoridad no tiene nada que ver ni con el autoritarismo, ni con la blandenguería: el miedo al trauma y similares...
Lo que ocurre es que la verdadera autoridad hay que trabajársela, hay que ir por delante dando ejemplo y resulta más fácil tirar la piedra a quien se desmanda que tratar primero de esforzarse en hacer las cosas bien, esas cosas que exigimos a los demás. Se podría aplicar lo que les decía Jesucristo a los fariseos, atan pesadas losas a los demás pero ellos no las mueven ni con un dedo. Aplicando un lenguaje claro se trataría de: hacer lo que yo os digo, pero no hagáis lo que yo hago.

Padres, profesores, gobernantes, etc., seamos coherentes, intentemos ir por delante. Señalar donde está el mal es fácil, intentar hacer el bien resulta más costoso.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Receso

Nos reimos pero es triste que para justificar la falta de autoridad a veces de los padres, recurramos a los famosos traumas.

martes, 4 de diciembre de 2012

¿Qué pasa con la mula y el buey?

Vaya la que han líado algunos tergiversando lo que ha dicho el Papa, por eso he decidido publicar el artículo que muy amablemente me ha cedido Mª Victoria Jimenez Conde; vaya desde aquí mi agradecimiento a su autora por aclararnos las cosas.


“Ninguna representación del nacimiento renunciará al buey y al asno”. (Benedicto XVI)
Lo que realmente dice el Papa sobre la mula y el buey

Sí, sí, no has leído mal. Después de todo lo que hemos tenido que ver, oír y leer estos días, cuando uno, por fin, puede tomar entre sus manos el nuevo libro del Papa Benedicto XVI lo que se encuentra son estas palabras: “Ninguna representación del nacimiento renunciará al buey y al asno” (Pag. 77).
Tal cual.
Esas son las palabras literales con las que el Papa concluye los párrafos precedentes, relativos a la narración evangélica del nacimiento de Jesús:

María puso a su niño recién nacido en un pesebre. De aquí se ha deducido con razón que Jesús nació en un establo, en un ambiente poco acogedor –estaríamos tentados de decir: indigno-, pero que ofrecía, en todo caso, la discreción necesaria para el santo evento. En la región en torno a Belén se usan desde siempre grutas como establo.
El pesebre hace pensar en los animales, pues es allí donde comen. En el evangelio no se habla en este caso de animales. Pero la meditación guiada por la fe, leyendo el Antiguo y el Nuevo Testamento relacionados entre sí, ha colmado muy pronto esta laguna, remitiéndose a Isaías 1,3: “el buey conoce a su amo, y el asno el pesebre de su dueño; Israel no me conoce, mi pueblo no me comprende”.

En la singular conexión entre Isaías 1,3, Habacuc 3,2, Éxodo 25, 18-20 y el pesebre, aparecen los dos animales como una representación de la humanidad, de por sí desprovista de entendimiento, pero que ante el Niño, ante la humilde aparición de Dios en el establo, llega al conocimiento y, en la pobreza de este nacimiento, recibe la epifanía, que ahora enseña a todos a ver. La iconografía cristiana ha captado ya muy pronto este motivo. Ninguna representación del nacimiento renunciará al buey y al asno.
Una vez más (no es la primera), asistimos a un fenómeno de “desinformación masiva” orquestado por algunos creadores de opinión y medios de comunicación que pone en labios del Papa justo lo contrario de lo que en realidad ha dicho. No sólo algo diferente, sino justo lo contrario.
La pregunta surge inmediata: y de esto ¿Quién saca al final provecho?

lunes, 3 de diciembre de 2012

Diez ideas


1.      Abortar no es, como se dice hipócritamente, “interrumpir un embarazo”. Es destruir violentamente una vida humana en el seno materno.

2.      La mejor ley del aborto es la que prohíbe cualquier forma de aborto voluntatio, porque siempre es un crimen.

3.      Los abortistas recurren siempre al mismo sofisma: presentar el aborto desde el punto de vista de los adultos. Eso es como interpretar el robo desde el punto de vista de los intereses de los ladrones. Siempre hay una justificación.

4.      El primer afectado por el aborto es el niño rechazado, troceado, asesinado. Por eso el verdadero punto de vista para valorar humanamente el aborto es el punto de vista del niño abortado.

5.      Los antiabortistas no queremos que las mujeres que aborten vayan a la cárcel. No digo lo mismo de los profesionales que practican el aborto. Lo que queremos es que las madres en apuros no tengan que abortar, que el aborto se considere como lo que es, un crimen inhumano, en vez de presentarlo como un derecho.

6.      Ninguna mujer tiene derecho a matar a su hijo. Sí tiene “derecho” a no tener hijos. Y por eso tiene que poner los medios morales y congruentes. Pero el hijo, una vez concebido, ya no está bajo su dominio, sino bajo su protección.

7.      La mejor manera de luchar contra el aborto es el apoyo decidido a las madres en dificultades por un embarazo “inoportuno”.

8.      Bienvenido un debate serio. Pero de altura antropológica y moral, no de altura de cargos ni de intereses, en el que todos podamos hablar en las mismas condiciones.

9.      Ya es hora de que los políticos cristianos y honestos que no sean en conciencia partidarios del aborto pidan en sus partidos libertad de conciencia para votar.

10.   No queremos ser el abortadero de Europa.

 

Firmado: Fernando Sebastián