Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

viernes, 9 de enero de 2015

Reflexiones

Ocio es tiempo sereno para leer, conversar y apreciar. Sin ocio, no hay vida intelectual.

La vida intelectual necesita compromisos con la verdad; porque si no, se compromete con la pereza en los buenos, y con el orgullo en los malos.

La base de la vida intelectual se forma con la lectura, la reflexión y el archivo. La lectura proporciona ideas y citas, la reflexión produce las síntesis, y el archivo las conserva mejor que la memoria.

Cuando no se recogen y archivan citas e ideas, la vida intelectual depende de caprichos, ocurrencias y plagios.

En la mente, como en la casa, no se puede dejar entrar a cualquiera.


(Juan Luis Lorda. Aforismos. Ed. Rialp)

jueves, 8 de enero de 2015

Otra historia interesante

José Luis del Palacio, español, es obispo del Callao, una diócesis especialmente pobre de 1,3 millones de habitantes en Perú, el puerto y aeropuerto de Lima.

Pero no siempre fue hombre de fe: psicólogo de formación, de joven era encargado de discoteca, lector de Sartre y Camus y revolucionario de mayo del 68. En esa época vio que el placer no daba la felicidad y se planteó la grandes preguntas que le llevarían a Dios.

“Se me fue la fe estudiando Sociología”
“De niño y adolescente estudié en un colegio de los Reparadores en Madrid. Después, en la universidad me apunté a la carrera de Sociología, cuando eso estaba mal visto por el franquismo. Al llegar a Sociología en apenas un mes y medio se me fue la fe”. Se volvió un activista antisistema aunque no tenía muy claro con qué quería sustituirlo. Vivió el revolucionario mayo del 68 en el centro de los acontecimientos, en París. “En mayo del 68, yo quería resolver el mal, la injusticia, el sufrimiento…”. Había una cuestión filosófica de fondo, con el escándalo del mal y el dolor: “el sufrimiento de los niños siempre me llamó la atención”, explica.
¿Qué falla en el hombre? ¿Lo social o lo mental?
Al volver de París, se dio cuenta de que el activismo inconformista no bastaba, la lucha social no bastaba. ¿Qué sentido tenía la vida? ¿Era algo en la mente humana? En 1969 estaba estudiando psicología… entendía que el drama humano tenía que ver con el “no poder amar”, algo más propio de la psicología que de la sociología. Mientras tanto, se mantenía trabajando en varias cosas. “Trabajé en la construcción en Barcelona un verano, de 7 de la mañana a 6 de la tarde. Al año siguiente, me puse a trabajar en una discoteca, de encargado en Playa de Aro, en la costa catalana. Vi ese verano que la droga y el alcohol y el sexo y la prostitución no daba la felicidad a los jóvenes. Veía que los jóvenes no conseguían amar. Eso me hacía pensar”.
“Yo había leído a los existencialistas, a Camus, a Sartre… No tenían respuestas para el sinsentido personal y el sufrimiento social. Hoy sé que como no habían sido tocados por Dios no podían ver nada del sentido de la vida, valiosa y hermosa incluso en la vejez y la muerte. El caso es que, a mí, todo aquel sinsentido y angustia existencial me trajo una úlcera de estómago”. Poco después volvió a Madrid… y allí cambió todo.

“En Madrid me invitaron a unas charlas en una parroquia. Yo no esperaba mucho. Eran laicos que hablarían algo del existencialismo que yo había estudiado. Se trataba de Kiko Argüello y Carmen Hernández. A través de sus predicaciones me hicieron interiorizar la raíz del problema del hombre, el sentido de la vida ante el problema del mal.
Nueva vida: compartir la fe
José Luis del Palacio se volcó en estudiar teología y filosofía y se decidió a compartir lo que había vivido, la experiencia de garantía de la fe, compartir que “la fe es garantía de las cosas que esperamos”.
“Incluso mi úlcera había desaparecido, mi vida estaba transformada. Ya no necesitaba huir ni refugiarme en el alcohol, droga o fiestas. Por cierto, mi doctorado en antropología años después lo haría sobre la fiesta y la Nueva Evangelización”, recuerda este antiguo encargado de discoteca, que vio desde cerca que la el alcohol y la juerga no llenan al hombre, pero Dios sí.

Vocación sacerdotal
“En 1984 como no teníamos lugar para hacer retiros de fin de semana presentamos al Papa Juan Pablo II un proyecto de casas de convivencias. El Papa nos animó y nos dio un donativo. En ese encuentro que tuvimos con él en Roma conocimos a la Madre Teresa. El Papa además nos regaló un icono de la Virgen de Czestochowa”. Ese 1984 la Iglesia celebraba un Año Santo de la Redención y la primera JMJ de la historia, en Roma. Ese año despertó la vocación sacerdotal de José Luis.

Me ordené en Lima cuando vino Juan Pablo II en 1988.  Unos 70 fueron ordenados unos años después. Se inició en Callao el seminario Juan Pablo II para formar esos futuros sacerdotes, apoyados por familias en misión que eran las primeras que el Papa enviaba a América Latina. Y ya en 2012 fui ordenado obispo de El Callao. Llevo en Perú desde 1976, es decir, 38 años”, resume José Luis del Palacio. Después fue designado consultor para el Pontificio Consejo de la Nueva Evangelización.

Hoy como obispo sigue predicando lo que vivió de joven y lo que ha seguido viendo toda su vida. “Yo soy psicólogo. Me consta que la gente que ha abortado luego no puede dormir; vemos que el sexo anticonceptivo es como un teatro, no hay entrega real… Yo vengo del mayo del 68, que negaba la ley natural, el bien y el mal… Pero la ley natural existe. Yo la he visto, por ejemplo, en la selva. Allí, los indígenas no abortan. Incluso si es pobrísimo y no pueden mantener al bebé no lo matan, lo donan donde sea. El hombre busca el bien”.

miércoles, 7 de enero de 2015

Reflexiones prestadas 3

Hay que estar agradecidos de nuestra edad, pues la vejez es el precio de estar vivos.

Cuando ya se han cumplido 80 años o estamos cercanostodo contemporáneo es un amigo. Igor Stravinsky

v   Goethe concluyó Fausto a los 82 años…

v  El Tiziano pintó obras maestras a los 98…

v  Toscanini dirigió orquestas a los 87…

v  Edison trabajaba en su laboratorio a los 83…

v  Benjamín Franklin contribuyó a redactar la Constitución de los Estados Unidos a los 81…

v  El venezolano Jacinto Convit está a punto de concretar el desarrollo de una vacuna contra el cáncer a los 96 años …

v  Entonces … ¡Adelante!

v  No habrá fuerza capaz de detener a quien sueña, a quien construye aún sobre las cenizas, a quien ama, a quien espera de la vida el momento mágico de   una ilusión, a quien no olvida que el tiempo pasó; sí,… pero, no se llevó consigo tu corazón.

v  Por tanto, sueña, construye, ama, espera, y …No Permitas  que Te llamen Viejo !!










martes, 6 de enero de 2015

Reflexiones prestadas 2

En los ojos de los jóvenes vemos llamas, pero es en los ojos de los mayores donde vemos la luz. Víctor Hugo. Escritor francés. (1802 - 1885)

No es viejo, aquél que pierde su cabello, sino su última esperanza. No es viejo, el que lleva en su corazón el amor siempre ardiente. No es viejo, el que mantiene su fe en sí mismo, el que vive sanamente alegre, convencido de que para el corazón no hay edad.

Viéndolo bien, no somos tan viejos, lo que pasa es que tenemos muchas juventudes acumuladas. Francisco Arámburo

Amamos las catedrales antiguas, los muebles antiguos, las monedas antiguas, las pinturas antiguas y los viejos libros, pero nos hemos olvidado por completo del enorme valor moral y espiritual de los ancianos. Lin Yutang


lunes, 5 de enero de 2015

Reflexiones prestadas

En la juventud, la belleza es un accidente de la naturaleza. En la vejez, es una obra de arte. Lin Yu Tang. Escritor chino. (1895-1976)

El arte de envejecer consiste en conservar alguna esperanza.                    André Maurois. Novelista y ensayista francés. (1885-1967)

La madurez es el arte de vivir en paz con lo que es imposible cambiar.

Cuando envejecemos, la belleza se convierte en cualidad interior. Ralp Waldo Emerson. Clérigo (1803 – 1882)


Para el profano, la tercera   edad es invierno; para el sabio, es la estación de la cosecha.