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lunes, 3 de noviembre de 2014

Conocer a ... Lolo

Manuel Lozano Garrido, Lolo, hoy 3 de noviembre celebra la iglesia su fiesta.

Joven de Acción Católica, periodista y escritor, en silla de ruedas durante 32 años, y ciego durante sus últimos 9 años. Comunicador de alegría a los jóvenes desde su invalidez.
Cuando se presentó en Madrid su biografía, “Lolo, un ciego a los altares”, el Cardenal Javierre decía: “Conociendo la predilección que nutre el Papa con los jóvenes y enfermos, cabe imaginar el gozo con que Juan Pablo II habrá de dar su bienvenida a Lolo, al hacer su ingreso en la Congregación de los Santos...”
Y añadía: “No es difícil suponer la alegría que le espera a Juan Pablo II viendo a un inválido ascender a la gloria de Bernini. Conviene que la Congregación de los Santos convierta las escaleras en rampas. No me consta de precedentes de una subida en silla de ruedas. Por ello me encanta pensar que la Providencia haya reservado a “LOLO” el privilegio de semejante primado”.
El 17 de diciembre de 2007 el Papa Benedicto XVI decretaba como heroicas la vida y virtudes de Manuel Lozano. Dos años más tarde, sus restos mortales fueron trasladados al convento de las Carmelitas Descalzas de Linares.
El 29 de septiembre de 2009, la Congregación para las Causas de los Santos aprobaba como milagrosa la curación de un niño, por mediación de Lolo, sancionando el Papa el decreto que reconocía tal milagro, por lo que se fijó su beatificación para el 12 de junio de 2010. El obispo de Jaén destacó su beatificación al ser preguntado sobre la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo:
...es un canto a la vida, hasta el último instante, desde su silla de ruedas (...) encajando su dolor y su sufrimiento desde una perspectiva muy alta (...) Desde su fe, él es alegre y siempre se le ve con una sonrisa en los labios en esa situación. Otros se desesperan o no ven sentido ya a su situación, a su vida, y piden, incluso, terminar. En cambio, él hasta el último instante fue un canto a su vida. Esta es la gran lección que quizás debamos aprender...
En junio de 2010, fue beatificado, en el recinto ferial de Linares, en una Celebración presidida por Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Al día siguiente, durante el rezo del Ángelus, el Papa Benedicto XVI tuvo unas palabras de recuerdo para Lolo, poniéndolo como ejemplo para periodistas, al ser el primero en ser beatificado:
Los periodistas tienen en él un testimonio de la creencia en el bien que se puede hacer cuando la pluma refleja la grandeza del alma y se pone al servicio de la verdad y las causas nobles

Reflexiones
Os hablo a vosotros, que vivís siempre de cara a las estrellas, aunque la vida os ponga a veces un telón de tejas y ladrillos.

Mirad si ya sois gente la que puebla la Tierra... Bueno, pues para cada uno tengo Yo una estrella y todavía me queda para los que vengan e incluso me sobran para guardar.
Cuando vais a nacer, Yo cojo una, la bruño y os la prendo en la frente a la hora del  bautizo. Y luego, la vida y los accidentes os la van oxidando, como la humedad estropea las cosas metidas en los rincones. De vez en vez, cuando pensáis y decís de ser buenos, Yo aprovecho, alargo mi brazo y os bruño con la manga las luces de la frente, y mi paz osrutila como el cometa que corre por el cielo.

Cuando llega el otoño, veis caer la niebla, la lluvia y hasta oís cómo ruge el huracán, pero, a pesar de todo, sabéis que las estrellas están fijas en el firmamento y parpadean por encima de la borrasca. Así también con las tribulaciones, el dolor y las horas grises. Tendréis lágrimas en los ojos, roces y líneas anubarradas en el horizonte, el gozo mío y los cascabeles de mi corazón transminan las tempestades y se meten radiantes en el corazón, como los Rayos X traspasan vuestro pecho para curiosearlo por dentro.

Mirad: cuando alguien sonríe, apenas si necesitáis de su palabra. Os lo dice todo con el  destello de los ojos y la comisura de los labios. Conmigo igual, o mucho mejor, porque Yo os hablo con los sucesos y todas las cosas que os rodean. Lo que os va a pasar mañana, Yo lo sé mucho antes y lo tengo en la cabeza y el corazón como la novela que habéis leído en la hora de reposo. Mi mano es tan poderosa como la del niño que hace un juego de arquitectura y retira a voluntad las piezas que no le gustan. Me sé de memoria el dolor que os tiene que venir y todas las zancadillas que os pondrán en la vida. Si no os las quito, confiad en que más vale así, porque todos los caminos pasan por el arco gozoso de mi cariño. Mi ternura es como el sidol de las criaturas que tienen alma. A un padre no se le olvidan nunca los gastos de cada mes, y hasta los domingos os da para que vayáis al cine y compréis caramelos. Al lado de mi Providencia, la ternura de un padre es como un grano de anís. Si Yo estoy en que los granos de espiga tengan una cascarilla y la fruta cera para que no se pudra, ni que decir tiene que mi brazo está por dentro del dolor necesario para que nunca os tambaleéis y tengáis fuerza para meter en tierra el grano de vuestra vida, a fin de que se pudra y dé fruto. Los ojos que se cierran los pulmones que se envaran, el ritmo anárquico del corazón, el andar que se hace prohibitivo, son cosas que se ven aquí tan negras porque están ya mudadas a la Gloria, instaladas en mi Reino, desde donde Yo tiro de toda vuestra naturaleza.

El dolor, pensadlo bien, es como una niebla física, que dura diez o quince años, el tiempo que estéis en un sanatorio o en el cochecito, pero, si confiáis en Mí, os garantizo que cada "ay" es como una pasada de mis dedos que van puliendo los resplandores de vuestra felicidad. Antes que nada, que no se os olvide de pensar en Mí como en un Padre.



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