El
hombre viejo ...
Un hombre
de 92 años, bien vestido, cuidaba mucho su apariencia; se está
cambiando a una casa de ancianos. Su esposa de 70 años murió y él se ve
obligado a dejar su hogar.
Después de esperar varias horas en la recepción,
gentilmente sonríe cuando le dicen que su cuarto está listo.
Conforme
camina lentamente hacia el ascensor, le describo su cuarto: «Me gusta mucho»,
dijo con entusiasmo.
«Señor, usted aún
no ha visto su cuarto, ya casi llegamos».
«Eso no
tiene nada que ver», contesta. «La felicidad yo la elijo por adelantado. Si me gusta o no el cuarto no depende del
mobiliario o la decoración, sino de cómo yo decido verlo». «Ya está decidido en
mi mente que me gusta mi cuarto. Es una decisión que tomo cada mañana cuando me
levanto».
« Yo
puedo escoger: Puedo pasar mi día en
cama enumerando todas las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo
que no funcionan bien, o puedo levantarme y dar gracias al cielo por aquellas
partes que todavía trabajan bien ».
«Cada día es un regalo, y mientras yo pueda abrir mis ojos, me enfocaré en el
nuevo día, y todos los recuerdos felices que he construido durante mi vida».
«La
vejez es como una cuenta bancaria: Tú retiras al final lo que has depositado
durante toda tu vida».
No hay comentarios:
Publicar un comentario