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sábado, 14 de diciembre de 2013

Conocer a... S. Juan de la Cruz




San Juan de la Cruz, cuyo nombre de nacimiento era Juan de Yepes Álvarez y su primera identificación como fraile Juan de San Matías (Fontiveros, Ávila, España, 24 de junio de 1542Úbeda, Jaén, 14 de diciembre de 1591), fue un religioso y poeta místico del renacimiento español. Reformador de la Orden de los Carmelitas y cofundador de la Orden de Carmelitas Descalzos con Santa Teresa de Jesús. Desde 1952 es el patrono de los poetas en lengua española.[

Hijo de un tejedor toledano llamado Gonzalo de Yepes y de Catalina Álvarez. Tenía dos hermanos mayores Francisco y Luis. El padre de Juan murió cuando tenía cuatro años lo que dejó a la familia en una difícil situación. Su hermano Luis murió cuando él tenía seis años, quizá por mala alimentación. La madre y los dos hijos restantes, Francisco y el propio Juan, sufren una acuciante pobreza por lo que se ven obligados a trasladarse primero a Arévalo, donde viven durante cuatro años, y en 1551 a Medina del Campo. La tradición achacaba a estas penalidades pasadas que Juan fuera un hombre de escasa corpulencia, bastante bajo de estatura, tanto que Santa Teresa de Jesús lo llamara «mi medio fraile».  Juan, gracias a su condición de pobre de solemnidad, pudo asistir al Colegio de los Niños de la Doctrina, más tarde continuó su formación en el recién creado (1551) Colegio de los jesuitas, que le dio una sólida base en Humanidades.
Así, pues, entre 1559 y 1563, estudia con los jesuitas; durante los primeros tres años, recibe la formación según la novedosa Ratio Studiorum, en la que el latín era la base de todo el currículo; en el cuarto año, aparte de recibir instrucción retórica, aprende a escribir en latín, a construir versos en este idioma y a traducir a Cicerón, Julio César, Virgilio, Ovidio, Marcial y Horacio. Simultáneamente, vive las nuevas corrientes del humanismo cristiano, con estilo y comportamientos renovados en la pedagogía.

A los veintiún años, en 1563, ingresa en el Convento de los Padres Carmelitas de Medina del Campo, de la Orden de los Carmelitas, y adopta el nombre de Fray Juan de san Matías. Tras realizar el noviciado entre 1563 y 1564 en el Convento de Santa Ana, se traslada a Salamanca donde estudiará en el Colegio de San Andrés de los Cármenes entre 1564 y 1567 los tres cursos preceptivos para bachillerarse en artes. Durante el tercer curso, fue nombrado, por sus destrezas dialécticas, prefecto de estudiantes en el colegio de San Andrés. Su insatisfacción con el modo de vivir la experiencia contemplativa en el Carmelo, le hacen considerar irse a la Cartuja, pero en 1567 regresa a Medina del Campo por unos pocos días para ser ordenado presbítero y celebrar su primera misa en presencia de su hermano, el resto de su familia y sus amigos del convento y allí conoce a Teresa de Cepeda y Ahumada, futura santa Teresa de Jesús, que había llegado a la ciudad para fundar una nueva sede de su «Reforma carmelita», los llamados carmelitas descalzos. Teresa convence a Juan y lo une a su causa de reforma de su orden, que tropezó con una gran hostilidad por parte de los carmelitas calzados.
Juan regresa a Salamanca e inicia estudios de teología durante el curso 1567-1568. En agosto abandona Salamanca para acompañar a Teresa en su fundación femenina de Valladolid. El 28 de noviembre de 1568 funda en Duruelo (Ávila) el primer convento de la rama masculina del Carmelo Descalzo siguiendo la «Regla Primitiva» de San Alberto esto es, un establecimiento que propugna el retorno a la práctica original de la orden. Durante la ceremonia cambia su nombre por el de fray Juan de la Cruz. En 1572 viaja, invitado por Teresa de Jesús, al Convento de la Encarnación en Ávila, donde asumirá las tareas de vicario y confesor de las monjas. Permanecerá aquí hasta finales de 1577, por lo que acompañará a la madre Teresa a la fundación de diversos conventos de descalzas, como el de Segovia.

Se produce el encarcelamiento de Juan de la Cruz, quien ya en 1575 había sido detenido y encarcelado en Medina del Campo durante unos días por los frailes calzados. La noche del 3 de diciembre de 1577 Juan de la Cruz es nuevamente apresado y trasladado al convento de frailes carmelitas de Toledo, donde es obligado a comparecer ante un tribunal de frailes calzados para retractarse de la Reforma teresiana. Ante su negativa, es recluido en una prisión conventual durante ocho meses. Durante este periodo de reclusión escribe las treinta y una primeras estrofas del Cántico espiritual, varios romances y el poema de la fonte, y los canta en su estrecha reclusión para consolarse.
Tras concienciarse de que su liberación iba a ser difícil, planea detenidamente su fuga y entre el 16 y el 18 de mayo de 1578, con la ayuda de un carcelero, se escapa en medio de la noche.

En 1578 se dirige a Andalucía para recuperarse completamente. Llega como Vicario al convento de El Calvario en Beas de Segura, JaénEn junio de 1579 se establece en la fundación de Baeza donde permanece como Rector del Colegio Mayor hasta 1582, en que marcha para Granada tras ser nombrado Tercer Definidor y Prior de los Mártires de esa ciudad. Realiza numerosos viajes por Andalucía y Portugal, por razones del cargo.
Tras un nuevo enfrentamiento doctrinal en 1590, es destituido en 1591 de todos sus cargos, y queda como simple súbdito de la comunidad. Durante su viaje de vuelta a Segovia, cae enfermo en el convento de La Peñuela de La Carolina y es trasladado a Úbeda, donde muere la noche del 13 al 14 de diciembre.

El proceso de beatificación y canonización se inició en 1627 y finalizó en 1630. Fue beatificado en 1675 por Clemente X y canonizado por Benedicto XIII en 1726. Posteriormente, el 24 de agosto de 1926, Pío XI lo proclama Doctor de la Iglesia Universal.
Pensamiento

Mira que no reina Dios sino en el alma pacífica y desinteresada.
Donde no hay amor, poned amor y encontraréis amor.

Me parece que el secreto de la vida consiste simplemente en aceptarla tal cual es.
Buscad leyendo y hallaréis meditando.

El alma que anda en amor, ni cansa, ni se cansa.
En el ocaso de nuestra vida seremos juzgados en el amor

Sólo la verdad os hará libres.
El amor sólo con amor se paga, las heridas de amor sólo con amor se pueden curar

 




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