Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

viernes, 17 de mayo de 2013

La Paz de los cementerios

Otra de las notas que caracterizan a nuestra sociedad es el afán desmesurado de paz: por tener la fiesta en paz los padres ceden ante los hijos lo que pueden ceder y lo que no. La consecuencia es que los hijos -valga la expresión- se les suben a las barbas y cuando los padres quieren dar marcha atrás ya no es posible, han perdido la autoridad y las consecuencias son imprevisibles. 
En nombre de la paz los que tienen autoridad les da pánico ejercerla y la cobardía campa a sus anchas y junto a ella la falta de disciplina. "Todo sea por La Paz" y bajo el paraguas de la paz cabe todo excepto el concepto del cumplimiento del deber tanto del que tiene obligación de mandar, como del que debe obedecer.
Me gusta decir que el sitio donde hay más paz es en el cementerio, pero no hay vida. La paz nunca puede ser la excusa para dejar de hacer y de exigir lo que es justo y menos puede ser el cobijo de la debilidad.
Hoy gobernar es difícil, tanto gobernarse a sí mismo como a los demás; ¿se pasan malos ratos?, sin duda, pero el buen padre, el buen gobernante tiene que ser consciente de las consecuencias de sus actos. Dice el refrán que más vale ponerse una vez colorado que ciento amarillo. Los temas hay que enfrentarlos, no ponerse de perfil con la excusa de la paz.
Acabo esta breve reflexión, ¿paz familiar, paz en los trabajos, etc.? Sí, pero nunca basada en la debilidad y en la comodidad.
Repito, el lugar donde hay más paz es en los cementerios, pero no hay vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario