Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

lunes, 18 de junio de 2012

Usar y tirar

Hace años fue a una tienda en un pueblo de Sevilla a comprar “Klinex”, los pedí al vendedor y me contestó que no tenían, entonces la persona que venía conmigo volvió a insistir pero pronunciando “Kleenex”, a lo que el mismo vendedor dijo que Kleenex sí que tenían. Me acuerdo de esta anécdota porque los pañuelos de papel fueron uno de los primeros productos de usar y tirar que llegaron a España, después ya vino una larga lista, desde las lentillas a las botellas de refrescos, leche, etc.

La mentalidad de usar y tirar se ha abierto paso y se ha afianzado en nuestra sociedad. Bien es verdad que esos productos en su mayoría nos facilitan la vida; el problema es que a veces la mentalidad de usar y tirar la empleamos para aspectos que nunca han debido ser de uso, disfrute y desecho. Me refiero por ejemplo al matrimonio, “se ha acabado el amor…”, dicen algunos a modo de razón poderosísima para proceder a la ruptura matrimonial, como si el amor fuera un kg de azúcar o de otro producto que igualmente se acaba. Los que siguen este blog han podido ver la foto del matrimonio que llevan casados 65 años y la explicación que daba la mujer como razón de esa fidelidad.
Hay cosas que no son de usar y tirar, sino de conservar con esfuerzo, con empeño, con sacrificio y buen humor –que no están reñidos-, porque son más las consecuencias favorables que el esfuerzo que nos puede costar.

“¿Usar y tirar?”, sí pero no aplicado a todo indiscriminadamente. Hay que pensar, hay que razonar para evitar el lamentar.

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