Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Testimonios muy actuales

    Hoy he leído en el periódico la noticia de una señora pro abortista, (de hecho ella no sólo lo ha aconsejado y ha contribuido, sino que también ha abortado dos veces); pero como digo, de ser pro abortista ha pasado a ser pro vida. ¿El motivo?, ha visto una ecografía mientras se practicaba el aborto y ha podido comprobar como el feto huía del instrumento con que lo querían matar y ha concluido que el aborto es un crimen, se mata a una persona y como las personas tendemos a querer vivir, el pobre feto huía del dolor que provoca el aborto y de la muerte.

       Me he acordado de un testimonio que hace años ví por TV: Esperanza se quedó embarazada con 17 años, su novio que probablemente le juraría en mas de una ocasión amor eterno (esto lo digo yo), la dejó plantada como un geranio y Esperanza que vivía en un pequeño pueblo donde semejante situación no estaba muy bien vista, decidió irse y tener su hijo, contó en todo momento con el apoyo de su familia y así fue. Pasaron los años y Esperanza decidió irse a vivir a Madrid, y cuando pensaba que ya se las sabía todas se encontró con otro hombre y volvió a quedarse embarazada. La diferencia con la primera vez es que se encontró en Madrid, sola, (de nuevo el amor eterno tuvo un recorrido corto) y sin nadie que la apoyara; con lo que decidió visitar una clínica, donde como ella misma afirmaba, le convencieron que su “problema” se le solucionaría rápidamente.

       Una de las cosas que le llamó la atención fue que en esa clínica ella no era una paciente, sino una cliente. Cuando acudió para que le practicaran el aborto, las personas que había en la sala de espera no miraban de frente, hablaban en susurros y desde luego ella, que acudió sola, no recibió en ningún momento ninguna frase amable de nadie, ni un gesto, la frialdad se masticaba.

       Con esa misma frialdad se le practicó el aborto con el sistema de aspirar e ir poco a poco sacando a su hijo a trozos; durante un rato la dejaron en el quirófano sola y cerca de ella los trozos de su hijo. Y ahí empezó el problema como ella misma enfatizaba. Cuando salió de la clínica no solo no se le había resuelto el problema –tal y como le aseguraron-, sino que tenía uno peor, el remordimiento. Perdió la alegría, y empezó su peregrinaje por psicólogos y psiquiatras tratando vanamente de recuperar su alegría y su sonrisa. Hasta que un día  cayó en la cuenta que ella era creyente y se acordó de Dios, y a partir de ahí volvió a practicar su religión católica, se confesó, y como Dios perdona siempre encontró la paz que ninguna pastillita, ningún psicólogo, ningún psiquiatra puede dar, solo Dios. Ese Dios al que hay tanto empeño en quitarlo de en medio, sin darnos cuenta que la necesidad de Dios es  nuestra; los que salimos perdiendo somos nosotros.

       Pues bien, Esperanza recuperó la alegría y ahora se dedica a decirles a las mujeres la verdad, el aborto no arregla nada, antes bien al contrario, crea mas problemas. El aborto solo sirve para que desaprensivos que no merecen el nombre de médicos y otras personas, se enriquezcan matando a los hijos de los demás.

       ¿No nos tendríamos que plantear ya que matar no es ningún signo de modernidad, ni tampoco un derecho? ¿por qué no defendemos la vida a ultranza en vez de la muerte?.

1 comentario:

  1. Quien no conoce a alguien que ha pasado por ahí?. La vida les queda destrozada, no se recuperan jamás. Efectivamente ya es hora de que se llame a las cosas por su nombre y de decir las verdades que el mundo " moderno" no quiere oír. Ojalá existiesen mas blog cómo éste. Enhorabuena

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