Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

domingo, 22 de abril de 2018

La eterna juventud


Me hace pensar un hecho que vengo observando con frecuencia: voy por la calle y en un radio de 100 metros hay dos clínicas dentales y una clínica de medicina estética, todas compiten anunciando lo guapo/a y sano/a que vas a estar si acudes a sus servicios; además por ti no pasarán los años, siempre tendrás una piel tersa y joven y no te digo ya si tienes la dentadura perfecta y además vas al gimnasio… “el no va más”, nunca te dolerá nada y conseguirás una calidad de vida extraordinaria, ¡vamos la apoteosis!, ¿hay quién da más?

Les confieso que no me creo nada, cuando ya se tiene una edad respetable es muy difícil que te puedan hacer implantes por la sencilla razón de que los huesos están ya para un “mírame y no me toques” –que decía mi madre-. Lo de la piel tersa es el sueño de una noche de verano y lo del gimnasio tampoco es para tanto, si adquieres la costumbre de andar a diario, moverte y no pasar horas en actitud estática, lo notarás en que tendrás más agilidad pero ¡ojo al dato!, envejecer vas a envejecer porque es ley de vida, tenemos fecha de caducidad aunque no queramos pensar en ello y, aunque te pongas la cama en un centro de salud y te pases el día en la sala de espera del médico –que ya conlleva mal gusto-, no por eso vas a tener mejor calidad de vida y sigues teniendo fecha de caducidad, la que Dios te haya puesto, te guste o no la idea.

Así que lo que te aconsejo es que vivas en paz con Dios, pásalo bien haciendo lo que debes hacer cada día, y no te preocupes por la fecha de caducidad, cuando Dios nos llame a su presencia si hemos procurado vivir de acuerdo con Él, la Vida que te espera es mejor, ni dentistas, ni medicina estética ni zarandajas, a vivir feliz sin olvidarte que la felicidad está en vivir en paz con Dios, ¡¡que no te engañen!!.



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