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viernes, 4 de diciembre de 2015

Cultura pura y dura

No se puede evitar hablar de izquierdas y derechas porque este invento de la izquierda ha sido la prisión de la cultura política moderna. Es grotesco que el pensamiento político siga dependiendo de cómo se sentaban las facciones en el parlamento francés.

La parte mala de la modernidad se habrá superado el día en que, en lugar de preguntarse si es progresista o conservador, se pregunten si es verdadero o falso.

La necesidad de optar entre derechas e izquierdas es una de las grandes trampas de la cultura moderna, cuando la esencia de la vida política consiste en convivir. El esquema solo puede gustar a los revanchistas.

Ser de izquierdas ya solo significa una vaga vocación social con un legado impresentable.

La derecha es invento de la propaganda de izquierda. Han metido allí a todos sus enemigos: la Iglesia, los liberales, el capital, los socialismos de Hitler y Mussolini, y hasta los comunistas ortodoxos de la nueva Rusia.


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