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martes, 12 de mayo de 2015

Conocer a una gran figura

Hoy 12 de Mayo celebra la Iglesia Católica por primera vez la Memoria del Beato Álvaro del Portillo, beatificado el 27 de septiembre de 2014 en Madrid. Con este motivo traigo un artículo de Yago de la Cierva que me parece bueno y oportuno.

La santidad del número dos (Yago de la Cierva)

Es casi universal la tendencia a atribuir el éxito de una institución a las dotes de liderazgo de su jefe: a su empuje, a su capacidad de arrastre, a su visión anticipadora… y tantas veces olvidamos que para que una organización funcione el número uno necesita un número dos tan bueno como él.

La calidad del número dos se manifiesta en mil aspectos: en saber cohesionar a todos en torno al número uno; en conseguir llegar a donde él no llega (nadie es billete de 50 euros que a todos gusta); en sentirse siempre puente y nunca barrera para los que quieren llegar a él; y más difícil todavía: alentar al número uno cuando las cosas no salen, y ayudarle a corregir sus defectos con claridad delicada pero firme.


Eso y mucho más, fue Don Álvaro. La Iglesia Católica celebra a un número dos excelente, que quiso ser siempre y sólo, número dos, incluso cuando el número uno ya no estaba en la Tierra. Hasta disfrutaba recordando la etimología árabe de su nombre: Álvaro, “el hijo”. Un ejemplo y un acicate para los que nunca seremos jefes pero podríamos ser mejores números dos (o tres, o cinco, o diecisiete), allí donde estemos. 

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