Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

miércoles, 21 de agosto de 2013

¡Menuda historia y vaya falacia de Ley

“Entiendo que haya personas con una opinión diferente sobre este asunto. Pero no porque tengas una opinión diferente signifique que tengas razón”.

El hombre que dejó su testimonio en facebook no se anda por las ramas: “Esto no va de derechos de la mujer, esto va de asesinato. Lo he vivido a través del aborto”. Muchas mujeres abortan inducidas e incluso coaccionadas por el padre del niño, ante la indiferencia de feministas y abortistas. Pero también muchos padres asisten impotentes ante el aborto de los hijos que querrían tener. La ley no les pide su opinión.
Y el caso que nos ocupa es uno de los más estremecedores: “Perdí dos gemelos en aras de la mujer que quería abortar. No tuve nada que decir. Sentí a mis hijos en el momento que murieron. Fueron asesinados. La que entonces era mi novia lloró durante meses. Ella también los sintió morir. No se dio cuenta que había asesinado dos niños hasta que estaba hecho. Su dolor fue horrendo. Se convirtió en suicida”.

 La mujer había acudido a Planned Parenthood porque era demasiado joven y no estaba preparada para tener hijos. ¡Tenía 24 años!. No había planificado ser madre. “Es irónico” dice el hombre, “que una mujer que no había planificado ser madre acuda a un lugar llamado Paternidad Planificada para que sus hijos sean troceados dentro de su seno y aspirados luego a cachos. A mí eso no me parece “planificar”.
Le reprocha con acritud a su novia que no estuviera ciega a cualquier otra posibilidad. Cuando acudió al abortorio, había personas fuera ofreciendo alternativas, mostrando los resultados de un aborto. Era una “mujer moderna”. Su vida era de ella y de nadie más. Estaba de poco más de 20 semanas y la ecografía demostró que eran gemelos.

La noche anterior hablaron de alternativas. Yo lloré, ella lloró. Era una cristiana tibia… puse mi mano sobre la suya y después sobre su vientre, recé y dije: “Dios mío danos luz en esta hora negra y confusa. Indícanos la dirección que solo Tú conoces como la correcta…”
Y justo entonces sentimos una patadita y luego otra y otra más…

Charlaron hasta la madrugada sobre planes de futuro. No estoy preparada para ser madre. Decía ella. Nadie lo está decía él. Estoy asustada. Como cualquier madre, respondía yo…
A la mañana siguiente el se levantó pensando que la cosa estaba arreglada pero su novia le pidió que le acercara al abortorio o se iría en taxi, pensó que quizás por el camino podría convencerla. No fue así. Cuando la dejó y se marchó a su trabajo iba desesperado: que tenían que ver los derechos de la mujer con un asesinato?; en un momento dado “sintió” que habían matado a sus hijos, ella también sintió lo mismo, pero ya no había remedio. Dí la vuelta y pude verla un momento, lloraba desconsolada y se lamentaba sobre lo que había hecho y el no haber escuchado a quien le decía que no abortase.

A partir de ahí empezó para ella un calvario, tuvo que ser asistida por psicólogos y psiquiatras y tomar antidepresivos. “Arruinó su vida”. Y yo digo: “Cuando tus derechos arruinan tu vida… es que algo hay mal en esa ley”.

Tomado de www.religionenlibertad.com

El testimonio completo en inglés está en faceebok.
 

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