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lunes, 17 de diciembre de 2012

Aportación al Año de la Fe

El Misterio de la Santísima Trinidad

n  ¿Cuál es el misterio central de la fe y de la vida cristiana?
n  El misterio central de la fe y de la vida cristiana es el misterio de la Santísima Trinidad. Los cristianos son bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

n  El secreto divino más importante de la fe que Jesucristo nos reveló: misterio de la Santísima Trinidad.
n  Dios es uno en esencia y trino en personas: es la revelación de su vida íntima.

n  Hemos de procurar conocerlo y ¡vivirlo! 
n  El Credo o Símbolo es la explicación del misterio trinitario.

n  Los misterios no se comprenden, pero al conocerlos la fe se vuelve firme y operativa.
n  Misterio de la Santísima Trinidad :
n  en Dios hay una sola esencia y tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, cada una de las cuales es Dios, sin ser tres dioses sino un solo y único Dios.

n  La Trinidad es algo parecido al sol:
n  el sol está en el cielo y produce luz y calor; la luz y el calor no son distintos del sol.
n  La creación, la redención y la santificación se atribuyen, respectivamente, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Pero las tres acciones son acciones de Dios.

n  De ahí que, cuando agradecemos a Dios todo lo que ha hecho con nosotros, tenemos que dar gracias a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo.
n  El hombre que vive en gracia es templo vivo de la Trinidad Beatísima (cfr. Juan 14,23).
n  Desde el día de nuestro bautismo, si no rechazamos a Dios por el pecado mortal, está en nuestra alma Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
n  Tenemos a Dios dentro de nosotros para santificarnos, para ayudarnos, para estar con nosotros, porque nos ama.

n  El gran premio del cielo consiste en ver a Dios, contemplar, alabar, amar y gozar por toda la eternidad a la Trinidad Beatísima:
n  Toda la grandeza, toda la hermosura, toda la bondad de Dios se vuelca sobre esta pobre criatura que somos cada uno de nosotros.

n  En el cielo el alma tendrá la posibilidad de ver lo que Moisés quiso ver en la tierra: la majestad de Dios.
n  Dios nos ama de una manera increíble. Hemos de corresponder a tanto amor, y la vida cristiana tiene que ser una continua alabanza a la Trinidad.

n  Profesamos la fe en la Santísima Trinidad
n  cuando nos signamos y persignamos, diciendo "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo";
n  al rezar el "Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo" ;

n  cuando rezamos el Gloria o el Credo en la Santa Misa, y al final de la Plegaria eucarística
n  Aprender el Credo y recitarlo con devoción.

n  Considerar que la Santísima Trinidad -Dios mismo- está en el alma en gracia, y que vivir en gracia es lo único verdaderamente importante.
 

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