Aportación al Año de la Fe

La respuesta del hombre a Dios: creer

¿Cómo responde el hombre a Dios que se revela?

n  El hombre, sostenido por la gracia divina, responde a la Revelación de Dios con la obediencia de la fe, que consiste en fiarse plenamente de Dios y acoger su Verdad, en cuanto garantizada por Él, que es la Verdad misma.

n  La fe es un don de Dios, necesario para la salvación.

n  La respuesta del hombre al don de la fe: creer en lo que nos ha dicho en su Revelación.

n  La fe es necesaria para aceptar y entender lo que Dios enseña.

Por la fe podemos conocer muchas cosas acerca de Dios

n  Mediante las cosas creadas se puede conocer la existencia de Dios.

n  Pero sólo mediante la fe en lo que Dios ha revelado podemos conocer cuestiones como:

¨  ¿cómo es Dios en sí mismo?

¨  ¿quién es Jesucristo?

¨  ¿qué hay después de esta vida?

¿Qué es la fe?

n  La fe es una virtud sobrenatural por la que -apoyados en la autoridad de Dios- creemos las verdades que ha revelado, sabiendo que no puede engañarse ni engañarnos.

La fe es un regalo de Dios

n  La fe es un don sobrenatural, un regalo de Dios.

n  Sólo es posible creer por la gracia y el auxilio del Espíritu Santo.

Creer es algo razonable

n  Creer es razonable porque es Dios quien revela, y Dios no puede ni engañarse ni engañarnos.

“Creer” es un acto humano, consciente y libre. No contradice a la razón, sino que dignifica a la persona

A veces se explica la fe diciendo que es "creer lo que no se ve", lo que parece poco razonable. Sin embargo, tampoco se comprenden muchas cosas de la naturaleza y las admitimos porque las enseña la ciencia. Por tanto "creer" es un acto humano, consciente y libre, que no sólo no contradice sino que dignifica a la persona humana. La fe es libre antes, durante y después del acto de fe.

n  Creo en Dios, en singular, porque la fe es un acto de la persona que acepta libremente la autoridad de Dios.

n  Creemos en Dios -en plural- para significar que la fe la recibimos, la profesamos y la vivimos en el ámbito de la Iglesia.

n  La Iglesia es como la Madre de todos los fieles:

¨   Nadie puede tener a Dios por Padre, si no tiene a la Iglesia como Madre. (San Cipriano)

Creer lo que la Iglesia nos enseña

n  Jesucristo fundó la Iglesia para que continúe su misión en el mundo; para eso cuenta con la asistencia del Espíritu Santo.

n  La certeza en las verdades que enseña la Santa Iglesia no se apoya en razones que puedan darme los hombres, sino en la autoridad de Dios.

La Iglesia transmite íntegras esas verdades en virtud de la infalibilidad con que Dios la dotó en cosas de fe y moral

La fe es necesaria para salvarse

n  "El que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, se condenará" (Marcos 16,16).

n  "Tomás, porque me has visto has creído; dichosos los que sin ver creyeron" (Juan 20,29).

¨  Hemos de rezar por los que no creen, pidiendo a Dios que les conceda la gracia de la fe, ayudándoles con nuestro ejemplo y doctrina, ejercitando el apostolado de la doctrina.

n  "El que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, se condenará" (Marcos 16,16).

n  "Tomás, porque me has visto has creído; dichosos los que sin ver creyeron" (Juan 20,29).

¨  Hemos de rezar por los que no creen, pidiendo a Dios que les conceda la gracia de la fe, ayudándoles con nuestro ejemplo y doctrina, ejercitando el apostolado de la doctrina.

El credo, resumen de las verdades que debemos creer

n  Desde el principio, Símbolos o fórmulas de la fe: resúmenes de la Revelación divina.

¨  Símbolo de los Apóstoles

¨  Símbolo de Nicea-Constantinopla

n  Cuando recitamos el Credo, estamos haciendo un acto de fe en las verdades fundamentales que Dios nos ha revelado.

n  Dios nos ha dado el gran regalo de la fe. Hemos de agradecérselo haciendo actos de fe:

¨  Creo en Dios Padre, creo en Dios Hijo, creo en Dios Espíritu Santo.

¨  Creo en la Santísima Trinidad.

¨  Creo en Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.

¨  Creo que Santa María es Madre de Dios y Madre nuestra.

¨  Creo, Señor, pero aumenta mi fe.

¨  Creo que la Iglesia Católica es mi Madre.

Un propósito para avanzar

n  Aprender bien el Credo.

n  Recitar el Credo con devoción, no sólo en la Misa.

n  Rezar por los que no tienen fe.