Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

domingo, 21 de octubre de 2012

El Año de la Fe


El fin del hombre: dar gloria a Dios, conocerle y amarle
n  Compendio del Catecismo 1. ¿Cuál es el designio de Dios para el hombre?
n  Dios, infinitamente perfecto y bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para hacerle partícipe de su vida bienaventurada. En la plenitud de los tiempos, Dios Padre envió a su Hijo como Redentor y Salvador de los hombres caídos en el pecado, convocándolos en su Iglesia, y haciéndolos hijos suyos de adopción por obra del Espíritu Santo y herederos de su eterna bienaventuranza.

Ser cristiano: pertenecer a una familia
n  El bautismo es como un segundo nacimiento, que nos introduce en la familia de la Iglesia.
n  Hemos de sentir el orgullo de pertenecer a la Iglesia.
n  La Iglesia nos enseña muchas cosas: las más importantes, las únicas verdaderamente importantes.

Al nacer formamos parte de una familia que nos da el nombre y apellidos; en esa familia nacemos, crecemos y desarrollamos nuestras capacidades naturales. El bautismo produce en nosotros un segundo nacimiento —esta vez a la vida sobrenatural de la gracia—, que nos hace cristianos y nos introduce en la gran familia de la Iglesia. Los bautizados somos y nos llamamos cristianos. Ése es nuestro nombre. Como los primeros discípulos de Cristo: Pedro, Santiago, Juan..., también nosotros somos  discípulos de Cristo.
n  Del mismo modo que estamos orgullosos de pertenecer a nuestra familia, en donde aprendemos muchas cosas, hemos de estarlo por pertenecer a la familia de la Iglesia. La Iglesia nos enseña también muchas cosas, que además son las más importantes, las únicas verdaderamente importantes.

Para qué estamos en la tierra

Los cristianos tenemos la suerte de saberlo: Cristo lo predicó y la Iglesia nos lo enseña.
Respuesta a las preguntas fundamentales:
a.      De dónde vengo.
b.     Quién soy.
c.      A dónde voy.

Hay personas que se preguntan para qué están en la tierra, para qué han nacido, y nadie se lo ha explicado. Los cristianos —seguidores de Jesucristo— tenemos la suerte de conocer estas cosas. Jesucristo las predicó y la Iglesia las enseña. La doctrina de Jesucristo o doctrina cristiana da respuesta a las preguntas fundamentales. Y las preguntas fundamentales que los hombres nos hacemos son: de donde vengo, quién soy, hacia dónde voy.

De dónde venimos

n  Dios ha creado libremente al hombre.
n  Lo ha creado para que participe en su vida bienaventurada: en su felicidad.
n  Cada hombre ha sido creado por Dios con la colaboración de sus padres: VENIMOS DE DIOS.

          La doctrina cristiana dice que Dios ha creado libremente al hombre para que tenga parte en su vida bienaventurada, es decir, en su misma felicidad. Cada hombre ha sido creado por Dios, con la cooperación de sus padres. Por eso, a la pregunta de dónde venimos, se contesta: venimos de Dios.

Quiénes somos

Dios está de continuo junto al hombre: lo llama y le ayuda a encontrarle.
Creados a imagen y semejanza de Dios. Hijos adoptivos de Dios por el bautismo. SOY HIJO DE DIOS.

Dios no sólo ha creado al hombre, sino que está junto a él en todo tiempo y lugar. Dios lo llama y le ayuda a buscarlo, quiere que lo conozca y lo ame. Sabemos que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios y por el bautismo los cristianos somos hechos hijos adoptivos de Dios, herederos de su gloria. Por tanto, si nos preguntan quiénes somos, la respuesta es clara: soy hijo de Dios.

Hacia dónde vamos

Dios ha creado al hombre para que le sirva libremente en esta vida y goce de Él después, para siempre en el cielo.
¿Hacia dónde vamos los cristianos? AL CIELO.
Si no conseguimos esta meta, nuestra vida será un fracaso

Dios ha creado al hombre para manifestar y comunicar su bondad y amor de forma que pueda conocerle y amarle cada día más y así le sirva libremente en esta vida, gozando después con Él para siempre en el cielo. Dios quiere que seamos felices aquí en la tierra y después eternamente con Él en el cielo. Si nos preguntan a los cristianos hacia dónde vamos, la respuesta también es clara: al cielo. Si no consiguiéramos esta meta, nuestra vida sería un fracaso

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario