Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

viernes, 2 de marzo de 2012

Las causas de la crisis

La crisis de nuestro tiempo depende principalmente del hecho de que se nos quiere hacer creer que se puede llegar a ser hombres sin el dominio de sí, sin la paciencia de la renuncia y la fatiga de la superación, que no es necesario el sacrificio de mantener los compromisos aceptados, ni el esfuerzo para sufrir con paciencia la tensión de lo que se debería ser y lo que efectivamente se es”.
Esta frase de Benedicto XVI a mi manera de ver nos sitúa en la realidad de lo que sucede hoy. Estamos oyendo en emisoras de radio, cadenas de TV, y demás medios de comunicación que estamos en crisis, las causas se ponen en el sector financiero, en el inmobiliario, etc., pero nadie se atreve a decir las verdaderas causas de la crisis: ¿por qué hemos llegado a esa situación?, que el sector inmobiliario está mal ya lo sabemos; que el sector financiero también, no es ninguna revelación. Sin embargo que pocos se atreven a bucear en las verdaderas causas de la crisis.

Es Benedicto XVI el que señala la verdadera causa: se ha engañado al hombre y se le quiere seguir engañando; se le ha ofrecido un mundo, una realidad inexistente en la cual la palabra esfuerzo ha sido borrada, igual podría decir de la palabra fidelidad a los compromisos adquiridos, si ello conlleva esfuerzo. Nos han vendido “humo” en forma de “sociedad del bienestar”, y todo, lo repito adrede, haciéndonos ver que no es necesario el esfuerzo, el trabajo, la responsabilidad.

Nos quieren dar una noción del hombre que es falsa. El hombre creado por Dios tiene que ganar el pan con el sudor de su frente, lo dijo Dios al principio del mundo. Sólo los animales funcionan únicamente por instintos, el hombre funciona con su inteligencia y sabe o debería saber y cuanto antes lo aprenda mejor que, necesita el esfuerzo, la lucha para dominarse; para tener paciencia ante los aconteceres de la vida, que hay cosas que no entendemos, que nos cuestan pero que son así.

El hombre no es infalible, tiene que aprender, tiene que estudiar, el sacrificio forma parte de su esencia. Pero hay una ideología que tiende a fomentar lo fácil y hemos creído que todo lo íbamos a conseguir sin esfuerzo: “aprenda inglés sin esfuerzo”, cantidad de frases hechas, y nos lo hemos creído. Si te cansas de tu mujer o marido porque “se ha acabado el amor” como si el amor fuera el azúcar que hay en un azucarero, pues cambia de “pareja”, (los animales son los que tiene pareja), y cuando ya no tiene remedio se descubre que tampoco en el cambio de “pareja” está la felicidad, ni en aprender inglés sin esfuerzo, ni en irse de viaje para ver el mundo en postal porque no da tiempo en una semana ver tres países (que es lo que se ofrece ahora), ni en tantas cosas que nos quieren hacer ver.
Yo invito a mis lectores a reflexionar, a convencernos que sigue siendo necesario el esfuerzo, el trabajo para todo. Sin esfuerzo nunca se hubieran levantado tantas obras de arte como tenemos; sin esfuerzo no existirían los sabios que han estudiado con tesón; sin esfuerzo no existirían tantos matrimonios unidos y ejemplares que tiene muy claro el orden de valores y saben renunciar a sus opciones personales a favor de su familia, de sus hijos.

He oído un argumento que me ha convencido: amar es un verbo, por lo tanto hay que ponerlo en acción aunque a veces cueste, pensar que es un mero sentimiento sujeto a estados de ánimo es no haber comprendido que el amor reside en la inteligencia y en la voluntad.
Como dice el Papa: “para sufrir con paciencia la tensión de lo que se debería ser y lo que efectivamente se es”, para eso hay que ponen empeño, hay que batallar. Solamente de esta forma superaremos crisis y todo lo que acontezca. Esfuerzo diario, contar y pedir la ayuda de Dios.

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