Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros

martes, 10 de enero de 2012

¡Vamos a por la voluntad!

Qué es la voluntad?

Aunque algunos intelectuales pretenden asimilar al hombre con los animales, la psicología nos enseña que el ser humano es superior a los animales, porque tiene inteligencia, afectividad, libertad y sobre todo voluntad.

La palabra voluntad significa querer. Es un acto intencional, de orientarse con decisión hacia algo que considera positivo y valioso. Podemos distinguir en esta facultad tres ingredientes:

- Una tendencia o preferencia por algo. Es tener una aspiración.

- Una determinación o decisión firme por algo concreto, después de haber evaluado las distintas posibilidades que se presentaban.

- Una acción o puesta en marcha de toda la personalidad para conquistar aquello que se quiere.

Habría que distinguir entre el desear y el querer. El desear sería pretender algo desde el punto de vista afectivo o sentimental, pero de forma superficial. Algunos jóvenes lo expresan diciendo: "Esto me apetece", "no me apetece". Este deseo, que tiene sus raíces en el plano sentimental, no conduce a nada o a casi nada.

El querer, sin embargo, es más racional. Nace del análisis y evaluación de los valores e ideales y conduce al hombre maduro hacia metas alcanzables.

Por lo tanto el “querer” es mas propio del hombre, a veces sale solo y otras veces no, es la inteligencia la que tiene que gobernar al hombre, por eso necesitamos formar, educar la voluntad.

La voluntad es casi tan importante como la inteligencia. Nos ayuda en el empeño de conseguir los ideales de la juventud y, también, los de la madurez; a continuar hacia adelante cuando surgen dificultades y los vientos son contrarios a nuestros deseos.

La voluntad es el cauce por donde se afirman los objetivos, los propósitos y las mejores esperanzas, y sus dos ingredientes más importantes para ponerla en marcha son la motivación y la ilusión. La primera arrastra; la segunda es la alegría de llevar los argumentos de la existencia hasta el final.
Entre la motivación y la ilusión radica la razón de proponerse mejorar en cuestiones pequeñas: es decir, hago lo que debo, aunque me cueste, aunque no lo entienda en ese momento. Debemos aprender a desatender esas voces interiores que nos quieren llevar sólo a lo que nos apetece o nos gusta, o hacia lo que nos pide el cuerpo, alejándonos del trayecto adecuado.

Toda educación de la voluntad está estructurada a base de esfuerzos no muy grandes, pero tenaces y pacientes, que se van sumando. La clave está en la constancia, en no abandonarse.
Primero dar un primer paso y luego otro, y más tarde hacer un esfuerzo suplementario. De ahí surgen y allí es donde se forjan los hombres de una pieza; los que saben saltar por encima del cansancio, la dificultad, la frustración, la desgana y los mil y un avatares que la vida trae consigo.

La voluntad puede ser la clave del éxito; hace al hombre valioso y lo transporta al mundo donde los sueños se hacen realidad.






1 comentario:

  1. Conviene no perder de vista la importancia de la voluntad, es lo que nos hace dirigir nuestras vidas, lo que nos distingue de los animales, y además es una fuente de satisfacciones enorme. Manuelfcobo@hotmail.com.

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