Perdonar no
es heroico sino práctico, cuando se perdona se vive feliz porque guardar
resentimientos solo contribuye a amargarse la vida.
Aquí se dan
unas pautas para lograrlo.
El perdón
-contrariamente a lo que se cree- es un acto de la voluntad y nunca un
sentimiento. Es decir, hay que querer perdonar y trabajar en ello.
Día 1
En este
primer día que tu intención sea pedir por tu paz interior y la sanación de tu
corazón, la de tus amigos y enemigos.
Reflexión. El
primer paso para lograr el perdón es “querer perdonar” y “querer ser perdonado”.
De hecho, es uno de los requisitos para que en el sacramento de la
reconciliación nuestros pecados sean perdonados: querer, desear de todo
corazón que Dios nos perdone.
Ese
maravilloso gesto sacramental predispone al alma a que también nosotros seamos
igual de compasivos y misericordiosos con aquel que nos ha ofendido y nos
invita a reflexionar: de peores cosas me ha perdonado Dios. Entonces,
¿quién soy yo para no perdonar?
Recordemos
que la paz interior no viene de la ausencia de problemas sino de la certeza de
que aun en medio de la peor de las dificultades Dios tiene el control y sacará
bendiciones de las peores tragedias.
Jesús, antes
de curar siempre repetía “la paz esté con ustedes”. Lo que quiere decir que la
sanación tanto interior como física está muy relacionada con la paz. Por
mucho que reces si no tienes paz en el alma y en el corazón difícilmente
sanarás pues alma y cuerpo están íntimamente relacionados. Claro que hay que
seguir pidiendo y buscando la sanación del cuerpo, mas esta debe de ir a la par
de la sanación del alma.
La paz en el
corazón está muy relacionada con nuestra capacidad y disposición de perdonar. Dios
desea limpiar y arrancar de nuestra alma cualquier sentimiento de odio, rencor
y orgullo que no nos permita avanzar en el amor, pero necesito
permitírselo, desatarle las manos para que obre en mí sus milagros. ¿Cómo?
Simplemente diciéndole: “Sí quiero… No sé cómo, mas sí quiero…
Ejercicio. Comienzo
una lista de personas a las que deseo perdonar y que deseo me perdonen. Esta
lista me servirá para una actividad el último día de la novena.
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