Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros
sábado, 20 de agosto de 2016
viernes, 19 de agosto de 2016
jueves, 18 de agosto de 2016
Reflexión interesante
LAS PERSONAS VENCEDORAS Y LAS PERSONAS DERROTADAS
Cuando un triunfador comete un error, dice: “Me Equivoqué“,
y aprende la lección.
Cuando un perdedor comete un error, dice: "No
fue culpa mía” y responsabiliza a los otros.
Un triunfador sabe que la adversidad es el mejor de
los maestros.
Un perdedor se siente víctima durante las
adversidades.
Un triunfador sabe que el resultado de las cosas
depende de sí mismo.
Un perdedor cree que existe la mala suerte.
Un triunfador trabaja mucho y dedica tiempo a leer, a
aprender.
Un perdedor está siempre "muy ocupado"
y no tiene tiempo ni siquiera para los suyos.
Un triunfador enfrenta los desafíos uno a uno.
Un perdedor rodea los desafíos y no se atreve a
intentar.
Un triunfador se compromete, da su palabra y la
cumple.
Un perdedor hace promesas, no se pone “manos a la
obra” y cuando falla sólo se sabe justificar.
Un triunfador dice: “puedo mejorar".
Un perdedor dice: “No soy tan malo como otros".
Un triunfador escucha, comprende y responde.
Un perdedor no espera que llegue su momento de hablar.
Un triunfador respeta a aquellos que saben más y Se
preocupa en aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiste a todos los que saben más y sólo
se fija en sus defectos.
Un triunfador se siente responsable por algo más que por
su propio trabajo.
Un perdedor no se compromete y siempre dice: “Hago
mi trabajo y ya es bastante”.
Un triunfador dice: “Debe haber una forma mejor de
hacerlo.”
Un perdedor dice: “Esta es la forma en que siempre
lo hemos hecho. No hay otra…".
Un triunfador es PARTE DE LA SOLUCIÓN.
Un perdedor es PARTE DEL PROBLEMA.
Un triunfador consigue "ver el bosque en su
totalidad".
Un perdedor se fija sólo “en el árbol que le toca
plantar".
Un triunfador pasa este mensaje a los amigos...
Un perdedor es egoísta y guarda el mensaje sólo para
sí...
miércoles, 17 de agosto de 2016
lunes, 15 de agosto de 2016
En la fiesta de la Asunción de la Virgen
El poder de la Santa Misa
A la hora de
tu muerte, tu mayor consolación será las Misas que durante tu vida oíste.
Cada Misa
que oíste te acompañará al Tribunal Divino y abogarán para que alcances el
perdón.
Con cada Misa
puedes disminuir el castigo temporal que debas por tus pecados, en proporción
con el fervor que las oigas.
Con la
asistencia devota a la Santa Misa rindes el mayor homenaje a la Humanidad
Santísima de Nuestro Señor. La Santa Misa bien oída suple tus mayores
negligencias y omisiones.
Por la Santa
Misa bien oída se te perdonan todos los pecados veniales que estás resuelto a
evitar, y muchos otros que ni siquiera te acuerdas. Por ella pierde también el
demonio el dominio sobre ti.
Además
ofreces el mayor consuelo a las almas benditas del Purgatorio.
Una Misa
oída mientras vives te aprovechará mucho más que muchas que ofrezcan por ti
después de tu muerte.
Te libras de
muchos peligros y desgracias, en los cuales quizás caerías si no fuera por la
Santa Misa.
Acuérdate
también de que con ella acortas tu purgatorio.
Con cada
Misa aumentas tus grados de gloria en el cielo. En ella recibes la bendición
del sacerdote, que Dios ratifica en el cielo.
Durante la
Misa te arrodillas en medio de una multitud de ángeles que asisten
invisiblemente al Santo Sacrificio con suma reverencia.
Consigues
bendiciones en tus negocios y asuntos temporales.
Cuando oímos
Misa en honor de un Santo Particular, dando gracias a Dios por los favores
pedidos a este Santo no podemos menos de ganarnos su protección y especial
amor, por el primer gozo y felicidad que de nuestra buena obra se le sigue.
Todos los
días que oímos Misa estaría bien que, además de las otras intenciones,
tuviéramos la de honrar al Santo del día.
IMPRIMATUR:
Juan J. Clennon. Arzobispo de San Louis.
(Que circule
entre los católicos)
domingo, 14 de agosto de 2016
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