LA VOLUNTAD (2)
LA ESPECIFICACIÓN DE LA VOLUNTAD SOBRE LA FASE DE LA ELECCIÓN
3.1.
La voluntad según la naturaleza y la voluntad según la razón
En la dinámica volitiva
interviene en primer lugar la inclinación
al bien en general: la tendencia a la felicidad. Dicha inclinación no está
en nuestro poder modificarla. En segundo lugar, interviene la elección de los medios para alcanzar la
felicidad: esto sí que está en nuestro poder. Esa elección va acompañada de una
deliberación reflexiva por la cual preferimos un medio y otro.
Tomás de Aquino lo explica
diciendo que todo hombre tiende necesariamente a la felicidad, que no es un
bien elegible. Esta tendencia natural al bien en general es una inclinación
necesaria implícitamente presente en todas nuestras acciones.
3.2. Negadores del acto de la elección
En la actualidad algunos
psicólogos, antropólogos, e incluso algunas escuelas jurídicas de criminología sostienen
que el hombre, propiamente no tiene elección, sino motivaciones psicológicas
basadas en sus tendencias sensitivas, en procesos fisiológicos o genéticos, o
incluso en factores sociológicos o imperativos sociales.
Con ello se anula la
voluntariedad de la acción y se convierte a la voluntad en algo
irrelevante: se considera entonces al hombre como un ser con muy escasa
capacidad de decisión y por tanto de responsabilidad: el criminal lo será por
una determinación de los genes, y por tanto no sería culpable; los usos
sociales justificarían cualquier tipo de conducta, etc.
Esta postura está dentro de
las ideologías actuales que tienden a eliminar o reducir al mínimo las
facultades específicas del ser humano, con la consiguiente deshumanización del
mismo, lo cual lleva implícito la animalización del hombre.
2.3.
Respuesta al problema
planteado:
Ante dichas posturas hay que decir que las motivaciones son
importantes, pero no anulan la voluntad ni la libertad. Decir lo contrario
contradice la experiencia espontánea: el ser humano es realmente capaz de
elegir, aunque sea limitadamente. Mediante la voluntad el ser humano puede
modificar su conducta (motivaciones, impulsos, instintos, etc.) y forjarse el
carácter. La voluntad es la facultad por la cual el ser humano se puede
proponer fines no sensibles, puede controlar y rectificar sus tendencias
instintivas sin la presencia de ningún estímulo que le determine a obrar en un
sentido.
La psicología introspectiva analiza la capacidad de la voluntad de
controlar las tendencias inferiores y orientarlas hacia un fin no sensible.
Importancia de aprender a ejercer la voluntad y de educar a los jóvenes en su
uso, pues es la única forma de ser dueños de sí mismos.
El conjunto de la conducta, y por consiguiente la vida humana, están
hechas de elecciones y decisiones, tomadas según preferencias. Con esto
entramos en el gran tema de la acción humana y nos encontramos ante el
problema del determinismo y de la libertad que vemos a continuación, pues el
problema de la voluntad nos interesa sobre todo en su ejercicio.
El amor como acto radical de la voluntad. El
amor es el uso más humano y profundo de la voluntad. Por eso, el amor no es un
sentimiento sino un acto de la voluntad acompañado de un sentimiento. El amor
está integrado de afectos (sentir que se quiere) y de afectos diversos: placer,
gozo, etc.