Martirio cristiano:
entre el yihadismo y el relativismo
... La muerte de Jesucristo no solo es fuente de vida eterna para nosotros,
sino que también es un modelo aleccionador sobre cómo afrontar la hora de la
prueba: El Señor no devolvió mal por mal; murió perdonando a sus verdugos, e
incluso murió obteniendo la conversión de alguno de ellos (como es el caso del
centurión romano que estaba presente en el momento de la crucifixión). De esta
forma, Jesús nos descubre en qué consiste el verdadero martirio: Mártir es el
que da la vida por amor; el que está dispuesto a perder la vida con minúscula,
antes de perder la Vida con mayúscula; el que testimonia que Dios es amor, y
que no hay amor más grande que dar la vida por aquel a quien se ama (a Dios,
sobre todas las cosas; y al prójimo, como a uno mismo).
Pues bien, el martirio de San Sebastián, que es el martirio de
Jesucristo, alcanza una particular luminosidad por la actualidad del terrorismo
yihadista. En efecto, el término «mártir» está siendo deformado, hasta llegar a
ser considerado sinónimo de un fanatismo seudoreligioso que impulsa a la
inmolación en atentado terrorista. Se trata de una perversión del término, ya
que aquí el «mártir» deja de ser víctima, para pasar a ser verdugo; deja de
tener el amor como motor de su vida, para cambiarlo por el odio; su mensaje
final deja de ser el del perdón, y pasa a ser la venganza…
Lamentablemente, el inicio del año 2015 se ha visto convulsionado por los
atentados del terrorismo yihadista en el corazón de Europa. La opinión pública
se ha conmocionado, y los periódicos y las tertulias se han prodigado como
nunca, queriendo entender y valorar lo ocurrido. Por desgracia, parece que no
terminamos de ser conscientes del drama de la vida, mientras que no acontezca
en casa. Arrastramos una visión miope de la historia y de la geografía, por
motivo de nuestro eurocentrismo. Sin embargo, ¡hay vida más allá de nuestras
fronteras!: el ébola existía antes de que alguien de entre nosotros se
contagiase; el drama humano de los subsaharianos existía antes de que las
pateras llegasen a nuestras costas; y los cristianos estaban siendo perseguidos
en Oriente desde hacía mucho tiempo; antes de que nosotros nos sintiésemos
amenazados en Europa…