La conciencia.
¿Qué es la conciencia? La
conciencia es un juicio de la razón por el que el hombre reconoce la bondad o
maldad de un acto. Por ejemplo dice: "soy consciente de que este detalle
con mis padres es bueno".
¿Qué se necesita para tener conciencia? Para
emitir un juicio de conciencia sobre el bien-mal de un acto, se necesita una
inteligencia que juzgue, y un conocimiento previo que sea la base en que se
apoya este juicio moral. Algo similar sucede cuando el entendimiento dictamina
sobre la verdad de algo. Por ejemplo, al escuchar: "las vacas
vuelan", la razón emite un juicio inmediato que dice: "falso".
Este juicio está basado en el conocimiento previo de vacas y vuelo.
¿Cuál es la base de apoyo para la
conciencia? El juicio de conciencia se basa en el
conocimiento de la naturaleza humana y de lo que le conviene. Esta sabiduría se
adquiere de dos fuentes:
- Por un lado, la propia naturaleza humana reclama
un modo de actuar que suele llamarse ley natural. El Creador nos ha hecho
de una determinada manera y está grabado en el hombre un conocimiento
básico de lo que está bien o mal.
- Además, el Señor ha querido manifestar claramente
lo que nos conviene, y disponemos de los diez mandamientos y las enseñanzas de
Jesucristo, que ayudan a formar la conciencia.
¿Cómo formarse bien la conciencia? El
juicio moral de la inteligencia se hace más certero si el hombre obtiene más
conocimientos de las dos fuentes anteriores.
- Para conocer mejor la naturaleza humana irá bien
fomentar el deseo de buscar la verdad y de obrar bien. También esto
último, pues a base de obrar mal la inteligencia se malacostumbra y pierde
claridad de juicio.
- Para aprender o recordar las enseñanzas de
Jesucristo, habrá que acudir a medios de formación cristiana: charlas,
homilías, cursillos, libros, etc.
- Para la aplicación práctica de esos
conocimientos, irá bien escuchar el consejo de personas buenas y
entendidas.
¿Conviene tener una conciencia bien
formada? Es importante distinguir el bien del mal, para
acertar en lo que conviene hacer. Los grandes criminales tienen la conciencia
deformada y se dice de ellos que son hombres sin conciencia.
¿Cualidades de la conciencia?
- La conciencia no crea la ley, sino que aplica la
ley de Dios al caso concreto.- El hombre no inventa el bien-mal, sino que
juzga basado en la ley natural grabada en su naturaleza. Un carterista
puede autoconvencerse de que robar es bueno, pero no lo es. Simplemente se
equivoca.
- La conciencia es inseparable de los actos
humanos.- Se llaman actos humanos a los voluntarios y libres, y por tanto
conscientes. Conscientes de su bondad sensible -me gusta- y de su bondad
moral -me conviene-.
- La conciencia instruye sobre el bien y mueve a
obrar.- El juicio de conciencia es práctico: esto lo puedo o debo hacer;
esto lo debo evitar. Y se adquiere experiencia.
- La conciencia aprueba o reprende.- El juicio de
conciencia es principalmente anterior a la acción, para obrar o no. Pero
una persona continúa reflexionando después de actuar, con un dictamen de
aprobación y paz si se obró bien, o de inquieto rechazo si se obró mal.
Por esto el hombre tiene responsabilidad ante sí mismo.
¿Libertad de las conciencias? Se
debe respetar la libertad de las conciencias, pero esto no significa que la
conciencia sea independiente de la ley divina. En este campo la libertad
consiste en ausencia de coacción al buscar la verdad, pero no independencia
respecto a la verdad. Una persona puede convencerse de que robar es bueno, o de
que no existe Pekín. En ambos casos obra libremente pero no acierta con la verdad
-moral o geográfica- (relativismo).
Un terrorista asesina de acuerdo con su
conciencia. ¿Por qué hace mal? No hace mal por seguir su conciencia,
sino por haberla deformado hasta ese punto. (En realidad ante casos tan
antinaturales, la conciencia sigue protestando y el terrorista debe doblegar su
propio pensamiento cada vez que actúa).