Opiniones personales. Opiniones ajenas. Mafalda. Otros
sábado, 16 de mayo de 2015
viernes, 15 de mayo de 2015
Sobre el ciberacoso
Esta ponencia tiene una duración de 17 minutos, pienso que compensa escucharla íntegra pero si no es posible, al menos los 6 primeros minutos nos pueden orientar mucho en una de las cuestiones que se imponen en esta sociedad.
jueves, 14 de mayo de 2015
miércoles, 13 de mayo de 2015
La respuesta empática I
Hoy vengo a
hablarte de la respuesta
empática. El artículo de hoy me gustaría que llegara al mayor
número de personas posible porque creo que aborda un aspecto fundamental desde
el punto de vista de cualquier relación interpersonal. Se trata, concretamente,
de cómo respondemos a las personas que nos hablan, qué tipo de respuestas les
damos habitualmente. De hecho, me paro a pensar por un momento y creo que este
artículo no lo escribo para ti, sino para mí. De un tiempo a esta parte me he
dado cuenta de la importancia que tiene responder a las personas de manera
empática. Una manera de contestar que no hace más que acercarte al otro, que no
hace más que establecer lazos de unión con las personas que quieres y que te
importan. Te aseguro que llevar a la práctica la respuesta empática es más fácil de lo que
crees. Si no, sigue leyendo y te lo enseñaré.
¿Qué es la respuesta empática?
Debo confesar que desconozco si existe
este término respuesta
empática como tal. Lo cierto es que se me ocurrió
mientras leía el extraordinario libro de Stephen R. Covey titulado Los 7 hábitos de la gente altamente
efectiva. En este libro Covey abordaba la expresión escucha empática. En su momento hice un artículo al respecto de este término bajo el
título 5 Maneras de escuchar a tus alumnos.
¿Qué es la escucha empática? Debo reconocer que el término escucha empática no es un término fácil de definir, pero vendría a ser la escucha no de las palabras, sino del
corazón.
Confieso que el término acuñado por Covey
me fascinó desde el principio y es por ello que pensé que tal vez se podría
desarrollar un poco más la idea de lo que se entiende por escucha empática. De ahí que se me ocurriera la expresión respuesta empática.
¿Qué entiendo por respuesta empática?
Escucha empática y respuesta empática.
Para mí la respuesta empática tiene una parte mucho más activa que la escucha empática. La respuesta empática está pensada para responder con las
palabras más que con el corazón. Es más, la respuesta empática tal y como lo veo es la escucha que
genera un diálogo con la persona que tienes al lado y que tiene algo importante
que decirte.
Muchas veces se comete el error de creer
que una afirmación debe responderse con otra afirmación. Pues bien, la respuesta empática tal y como la planteo está enfocada más hacia las preguntas abiertas que
no las sentencias cerradas. Este aspecto me parece fundamental porque implica
un cambio muy significativo en la manera que tiene la gente de relacionarse.
Si he dicho anteriormente que la respuesta
empática es eminentemente activa, es porque lo que pretende no es ser
simpático con el otro, sino ser empático. Si quieres saber qué diferencia
existe entre simpatía y empatía puedes hacerlo en el siguiente enlace. Esta
diferencia me parece fundamental porque cuando quieres ser simpático
simplemente das la razón al otro y acabas la comunicación. En cambio, si eres
empático tu finalidad no es dar la razón al otro, tampoco consolarlo. Lo que
hace la persona empática es abrir un diálogo y crear opciones. Si la escucha empática se basa más en los sentimientos, la respuesta empática se centra en generar opciones a
través de preguntas abiertas. ¿Quieres aprender a elaborar preguntas abiertas?
Puedes aprender a elaborar preguntas abiertas en el siguiente enlace.
·
La respuesta empática. A modo de
conclusión.
·
No quiero acabar este artículo que no sea
confesando que me hacía mucha ilusión desarrollar esta idea en Justifica tu respuesta. Si has leído el artículo, te habrás dado cuenta de que ser una persona
empática no requiere de ningún tipo de esfuerzo. Lo que requiere la empatía es
tiempo, interés y dedicación hacia el otro. Creo que una de las cualidades que
mejor nos define es la capacidad que tenemos de escuchar a los demás. Porque
escuchando nos hacemos partícipes de las inquietudes, preocupaciones y
anhelos de los demás. Así que espero que esta entrada te haya hecho reflexionar
sobre cómo puedes empatizar con las personas y desde ahora mismo practiques con
los tuyos, con los que tienes cada día a tu lado y que forman parte esencial de
tu vida. Y cuando la practiques, no olvides regalarle a cada una de esas
personas a quien quieres la mejor de tus sonrisas.
Artículo publicado en facebook
martes, 12 de mayo de 2015
Conocer a una gran figura
Hoy 12 de Mayo celebra la Iglesia Católica por primera vez la Memoria del Beato Álvaro del Portillo, beatificado el 27 de septiembre de 2014 en Madrid. Con este motivo traigo un artículo de Yago de la Cierva que me parece bueno y oportuno.
La
santidad del número dos (Yago
de la Cierva)
Es casi universal la
tendencia a atribuir el éxito de una institución a las dotes de liderazgo de su
jefe: a su empuje, a su capacidad de arrastre, a su visión anticipadora… y
tantas veces olvidamos que para que una organización funcione el número uno
necesita un número dos tan bueno como él.
La calidad del número dos
se manifiesta en mil aspectos: en saber cohesionar a todos en torno al número
uno; en conseguir llegar a donde él no llega (nadie es billete de 50 euros que
a todos gusta); en sentirse siempre puente y nunca barrera para los que quieren
llegar a él; y más difícil todavía: alentar al número uno cuando las cosas no
salen, y ayudarle a corregir sus defectos con claridad delicada pero firme.
Eso y mucho más, fue Don
Álvaro. La Iglesia Católica celebra a un número dos excelente, que quiso ser
siempre y sólo, número dos, incluso cuando el número uno ya no estaba en la
Tierra. Hasta disfrutaba recordando la etimología árabe de su nombre: Álvaro,
“el hijo”. Un ejemplo y un acicate para los que nunca seremos jefes pero
podríamos ser mejores números dos (o tres, o cinco, o diecisiete), allí donde
estemos.
lunes, 11 de mayo de 2015
Reflexiones ajenas
QUIEN SE CONQUISTA A SÍ MISMO, ES EL MÁS GRANDE DE LOS
CONQUISTADORES
AUNQUE EL CORAZÓN LO TENGA CALIENTE, SANGRE FRÍA SIEMPRE.
DESCUBRE PLACER EN LO ELEMENTAL: COMER, CAMINAR, RESPIRAR,
DESCANSAR, VIVIR.
NUNCA PRIVES A UNO DE LA ESPERANZA; PUDIERA SER LO ÚNICO QUE
UNA PERSONA POSEA.
TRATA A LOS DEMÁS, COMO QUISIERAS SER TRATADO.
domingo, 10 de mayo de 2015
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