Según Aristóteles, para mejorar hace falta adquirir buenos
hábitos. Sobre todo el hábito o la virtud de la justicia, que es hacer las
cosas como hay que hacerlas. Según Aristóteles, se trata de poner en todo la
medida de la razón. Tenemos que comer, pero con la medida razonable que
descubre la inteligencia. Podemos beber, pero con la medida razonable que
descubre la inteligencia. Y lo mismo en cualquier otra cosa. De manera que el
hombre bueno es aquel en que predomina la razón y la justicia en todo lo que
hace. Este ideal del hombre bueno y de lo que es la virtud ha atravesado la
historia de la humanidad. Es la clave del humanismo clásico. Y hoy es igual que
cuando Aristóteles la explicó a sus discípulos.
(Del libro “Las Virtudes”. Juan Luis Lorda)
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