Manuel Lozano Garrido, Lolo, hoy 3 de noviembre celebra la iglesia su fiesta.
Joven de Acción Católica, periodista y escritor, en
silla de ruedas durante 32 años, y ciego durante sus últimos 9 años. Comunicador
de alegría a los jóvenes desde su invalidez.
Cuando se presentó en Madrid su biografía, “Lolo, un
ciego a los altares”, el Cardenal Javierre decía: “Conociendo la
predilección que nutre el Papa con los jóvenes y enfermos, cabe imaginar el
gozo con que Juan Pablo II habrá de dar su bienvenida a Lolo, al hacer su
ingreso en la Congregación de los Santos...”
Y añadía: “No es difícil suponer la alegría que
le espera a Juan Pablo II viendo a un inválido ascender a la gloria de Bernini.
Conviene que la Congregación de los Santos convierta las escaleras en rampas.
No me consta de precedentes de una subida en silla de ruedas. Por ello me
encanta pensar que la Providencia haya reservado a “LOLO” el privilegio
de semejante primado”.
El
17 de diciembre de 2007
el Papa Benedicto XVI decretaba como heroicas la vida
y virtudes de Manuel Lozano. Dos años más tarde, sus restos mortales fueron
trasladados al convento de las Carmelitas Descalzas
de Linares. El 29 de septiembre de 2009, la Congregación para las Causas de los Santos aprobaba como milagrosa la curación de un niño, por mediación de Lolo, sancionando el Papa el decreto que reconocía tal milagro, por lo que se fijó su beatificación para el 12 de junio de 2010. El obispo de Jaén destacó su beatificación al ser preguntado sobre la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo:
...es un canto a la vida, hasta el último instante, desde su
silla de ruedas (...) encajando su dolor y su sufrimiento desde una perspectiva
muy alta (...) Desde su fe, él es alegre y siempre se le ve con una sonrisa en
los labios en esa situación. Otros se desesperan o no ven sentido ya a su
situación, a su vida, y piden, incluso, terminar. En cambio, él hasta el último
instante fue un canto a su vida. Esta es la gran lección que quizás debamos
aprender...
En
junio de 2010, fue beatificado, en el recinto ferial de Linares, en una
Celebración presidida por Angelo Amato,
Prefecto de la Congregación
para las Causas de los Santos.Al día siguiente, durante el rezo del Ángelus, el Papa Benedicto XVI tuvo unas palabras de recuerdo para Lolo, poniéndolo como ejemplo para periodistas, al ser el primero en ser beatificado:
Los periodistas tienen en él un testimonio de la creencia en el
bien que se puede hacer cuando la pluma refleja la grandeza del alma y se pone
al servicio de la verdad y las causas nobles
Reflexiones
Os hablo a vosotros, que vivís siempre
de cara a las estrellas, aunque la vida os ponga a veces un telón de tejas y
ladrillos.
Mirad si ya sois gente la que puebla la
Tierra... Bueno, pues para cada uno tengo Yo una estrella y todavía me
queda para los que vengan e incluso me sobran para guardar.
Cuando vais a nacer, Yo cojo una, la
bruño y os la prendo en la frente a la hora del bautizo. Y luego, la
vida y los accidentes os la van oxidando, como la humedad estropea las
cosas metidas en los rincones. De vez en vez, cuando pensáis y decís de
ser buenos, Yo aprovecho, alargo mi brazo y os bruño con la manga las luces de
la frente, y mi paz osrutila como el cometa que corre por el cielo.
Cuando llega el otoño, veis caer la
niebla, la lluvia y hasta oís cómo ruge el huracán, pero, a pesar de todo,
sabéis que las estrellas están fijas en el firmamento y parpadean por encima de
la borrasca. Así también con las tribulaciones, el dolor y las horas grises.
Tendréis lágrimas en los ojos, roces y líneas anubarradas en el horizonte, el
gozo mío y los cascabeles de mi corazón transminan las tempestades y se meten
radiantes en el corazón, como los Rayos X traspasan vuestro
pecho para curiosearlo por dentro.
Mirad: cuando alguien sonríe, apenas si
necesitáis de su palabra. Os lo dice todo con el destello de los ojos y
la comisura de los labios. Conmigo igual, o mucho mejor, porque Yo os hablo con
los sucesos y todas las cosas que os rodean. Lo que os va a pasar mañana, Yo lo
sé mucho antes y lo tengo en la cabeza y el corazón como la novela que habéis
leído en la hora de reposo. Mi mano es tan poderosa como la del niño que hace
un juego de arquitectura y retira a voluntad las piezas que no le gustan. Me sé
de memoria el dolor que os tiene que venir y todas las zancadillas que os
pondrán en la vida. Si no os las quito, confiad en que más vale así, porque
todos los caminos pasan por el arco gozoso de mi cariño. Mi ternura es como el
sidol de las criaturas que tienen alma. A un padre no se le olvidan nunca los
gastos de cada mes, y hasta los domingos os da para que vayáis al cine y
compréis caramelos. Al lado de mi Providencia, la ternura de un padre es como
un grano de anís. Si Yo estoy en que los granos de espiga tengan una cascarilla
y la fruta cera para que no se pudra, ni que decir tiene que mi brazo está por
dentro del dolor necesario para que nunca os tambaleéis y tengáis fuerza para
meter en tierra el grano de vuestra vida, a fin de que se pudra y dé fruto. Los
ojos que se cierran los pulmones que se envaran, el ritmo anárquico del
corazón, el andar que se hace prohibitivo, son cosas que se ven aquí tan
negras porque están ya mudadas a la Gloria, instaladas en mi Reino, desde donde
Yo tiro de toda vuestra naturaleza.
El dolor, pensadlo bien, es como una
niebla física, que dura diez o quince años, el tiempo que estéis en un
sanatorio o en el cochecito, pero, si confiáis en Mí, os garantizo que cada
"ay" es como una pasada de mis dedos que van puliendo los resplandores
de vuestra felicidad. Antes
que nada, que no se os olvide de pensar en Mí como en un Padre.
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