En
estos días seguimos asistiendo al debate sobre el aborto, y me llama la
atención la ausencia de razones y argumentos de los que se confiesan
partidarios, se reducen prácticamente a dos:
1. Considerarlo como un derecho de la
mujer
2.Considerarlo como una cuestión religiosa.
2.Considerarlo como una cuestión religiosa.
Empiezo por la segunda: El aborto no
es solamente una cuestión religiosa, es una cuestión fundamentalmente
científica que se centra en saber cuando empieza una vida. En el año 460 a. de C. (no existía el Cristianismo), un famoso
médico ideó un juramento que entre otras cosas decía: “A nadie daré una droga mortal, aunque me fuera solicitada, ni daré
consejo a tal fin. De la misma manera, no daré a ninguna mujer
sustancias abortivas; mantendré mi vida y mi arte alejado de culpa”. Ya
entonces se sabía que en el vientre de la mujer vivía un sujeto distinto a la
madre.
El derecho
a la vida es el primer derecho humano aprobado por la ONU y a ese organismo
pertenecen países con pueblos de muy distintas creencias.
En
segundo lugar, considerarlo como un derecho de la mujer, a mi juicio resulta
una argumentación simplista, en primer lugar porque el aborto es matar a un inocente
que no tiene posibilidades de defenderse y no me casa que un crimen pueda ser
un derecho de nadie.
La nueva
vida se desarrolla sí dentro de la mujer pero en su génesis es necesario la
aportación del varón y éste también tendrá algo que decir (echo de menos la
opinión de los partidarios de la igualdad, ¿o es que esta supuesta igualdad es
desigual según convenga?)
Y en
tercer lugar quiero aportar lo que a mi juicio está en la base de la virulenta diatriba
que ha llegado hasta el Parlamento Europeo en un intento de menoscabar el
derecho de cada país para legislarse a sí mismo, el interés económico; hay
demasiadas ganancias en el negocio de las clínicas abortivas y mucha gente empeñadas en él.
¡¡Seamos
claros!!.
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