La
verdadera ciencia de la vida consiste en aprovechar al máximo el día presente,
el día de hoy, olvidando el pasado y dejando en paz el futuro.
Hay
personas que cargan sobre sus débiles hombros tres sacos a la vez: un saco
pequeño, fácil de llevar: es el saco de penas, trabajos y alegrías de un solo
día, el día de hoy. Un segundo saco pesado, abrumador, el del pasado: son esas
gentes que vuelven y vuelven a recordar las penas pasadas, los fracasos que
tuvieron, las heridas que sufrieron. Se empeñan en rascar las heridas y así
siempre están sangrando y nunca se curan. Y todavía se empeñan en llevar un
tercer saco pesado, el del futuro. Son los que miran al mañana con miedo,
esperando siempre lo peor.
Llevar
hoy la carga de mañana unida a la de ayer, hace vacilar y tambalearse al más
fuerte, pero nadie nos manda vivir así. Nadie nos manda llevar al mismo tiempo
los tres sacos. El Señor de la vida hizo las cosas más sencillas y nos dijo:
"Bástale a cada día su afán". El creó el día para trabajar, luchar y
esforzarnos y creó la noche para dormir, descansar y olvidar.
Así
en realidad la vida consta de un solo día. Cada noche podríamos decir que nos
morimos por unas horas cuando dormimos, para resucitar nuevamente al despertar
por la mañana.
¿Por
qué no vivir un solo día por vez? El pasado ya pasó, no volverá; déjalo en paz.
Si puedo sacar del pasado alguna buena lección, la saco, pero si
no, lo dejo, lo olvido. Nada gano recordando mis problemas y amarguras de ayer.
El futuro por otra parte aun no llega, no sé si llegará por lo tanto, ¿por qué
me voy a preocupar?
Lo
único que tengo, lo único de lo que soy dueño, es de este día de hoy, y lo voy
a vivir y disfrutar como si fuera el único día que voy a tener. Un día es una
vida entera en miniatura. Tenía razón aquel poeta cuando decía "Mira a
este día porque es la vida, la mismísima vida de la vida. En su breve curso
están todas las verdades y realidades de tu existencia: la bendición del
desarrollo, la gloria de la acción, el esplendor de las realizaciones. Porque
el ayer es solo un sueño y el mañana solo una visión, pero el hoy bien vivido hace
de todo ayer un sueño de felicidad y de cada mañana una visión de esperanza,
mira pues bien a este día.
Ante
una ardua tarea solemos pensar en toda la vida, pero ¿sabemos acaso cuanto nos
va a durar la vida?
Todo
el mundo puede soportar su carga, por pesada que sea, hasta la noche; todo el mundo
puede realizar su trabajo, por duro que sea, durante un día. Se puede vivir pacientemente,
de modo amable y sano hasta que el sol se ponga y esto es realmente lo que la
vida significa.
Tengo
un día de vida y nada más. Con él puedo hacer maravillas o destruirlo. Lo que
no puedo es vivir una semana, un mes, un año a la vez. Se vive HOY.
No corras por la vida tan rápido que
olvides, no solamente donde has estado sino hacia dónde vas.
Y para conseguir vivir el día a día hay que luchar y esforzarse.
Enhorabuena por esta buenìsima reflexiòn., que nos hace la vida màs ligera.
ResponderEliminarGracias, a mi me hace la vida ligera vuestros comentarios tan animantes
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