La paz
exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, justicia, amor y
libertad.
Amar
es lo contrario de utilizar.
En
realidad, todas las cosas, todos los acontecimientos, para quien sabe
leerlos con profundidad, encierran un mensaje que, en definitiva,
remite a Dios.
El
diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de
los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana.
Por ello, el recurso a las armas para dirimir las controversias
representa siempre una derrota de la razón y de la humanidad.
La
familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden
por vez primera los valores que les guían durante toda su vida.
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