El socialismo ideológico fue pensado para sociedades
ideales y ha resultado nefasto para las reales.
Desde que Marx dijo que no se trataba de pensar la
realidad sino de cambiarla, el pensamiento más auténtico de la izquierda se
dedicó a la manipulación.
Lo que hemos tenido que tragar los que no hemos sido
comunistas solo es comparable con lo que han tragado los que lo han sido.
Lo más entrañable del marxismo es cómo se preocupaba
por los más desfavorecidos. Y lo más triste, qué desfavorecidos los dejó.
No querían creer en Dios, pero quisieron creer en Marx,
en Stalin, en Mao, en Ho-Chi-Min, en Pot-Pot, en Castro, en el Ché…, Y tanta
rebaja pasó tanta factura.
Juan Luis Lorda. Aforismos. Ed. Rialp.
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