Esta es la conclusión de la historia que tiene por protagonista a un señor que todos los días va a desayunar con su mujer ingresada en una residencia y que sufre alzheimer; la enfermera trata de convencerle para que no vaya, dado que su mujer no lo reconoce ya y a su juicio no valía la pena los esfuerzos que hacía su marido para llegar puntualmente todas las mañanas.
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