Sería un error y una
equivocación identificar la felicidad con el éxito social. La madre Teresa de
Calcuta repetía con frecuencia: “A mi Dios no me ha pedido que tenga éxito; me
ha pedido que sea fiel”. El camino de la felicidad pasa necesariamente por el
de la fidelidad. La felicidad sin fidelidad es un espejismo, una mentira. No
existe felicidad sin fidelidad. Y no olvidemos que la fidelidad comporta
pruebas, incomprensiones, purificaciones, persecuciones…
(Tomado de un artículo de
D. José Ignacio Munilla, Obispo de San Sebastián, publicado en ReligiónenLibertad.com)
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