Hoy en día hay dos sueldos
en la familia pero más divorcios, casas más lujosas pero hogares rotos.
Son tiempos de viajes
rápidos, pañales desechables, moral descartable, acostones de una noche,
cuerpos obesos y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta
matar.
Son tiempos en que hay
mucho en el escaparate y muy poco en la bodega.
Tiempos en que la
tecnología puede hacerte llegar estas reflexiones a las que no les hagas el
menor caso porque no te pares a pensarlas y menos aún ver cómo rectificar o
ponerlas en práctica.
Acuérdate, de pasar
algún tiempo con tus seres queridos porque ellos no estarán aquí siempre.
Acuérdate, de ser
amable con quien ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se
alejará de ti.
Acuérdate, de abrazar
a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el
corazón, sin que te cueste ni un centavo.
Acuérdate, de decir te
amo a tu pareja y a tus seres queridos, pero sobre todo, dilo sinceramente. Un
beso y un abrazo pueden reparar una herida cuando se dan con toda el alma.
Acuérdate, de tomarte
de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona
ya no estará contigo.
Date tiempo para amar
y para conversar, y comparte tus más preciadas ideas.
La vida no se mide por
el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos
que nos lo quitan.
(Georges Carlin)
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