LOS DIEZ MANDAMIENTOS PARA SABER
ENVEJECER
1.- Cuidarás tu presentación día a día.
Arréglate como si fueras a una fiesta. ¡Qué más fiesta que la vida! El baño
diario, el peinado, la ropa, todo atractivo, oliendo a limpio, a buen gusto. El
buen gusto es gratuito, no cuesta nada. Que al verte se alegren tu espejo y los
ojos de los demás.
2. - No te encerrarás en tu casa ni en
tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario. Saldrás a
la calle y al campo de paseo. "El agua estancada se pudre y la máquina
inmóvil se enmohece".
3.
- Amarás el ejercicio físico como a ti mismo. Un rato de gimnasia, una caminata
razonable dentro o fuera de casa, por lo menos abrir la puerta, regar las flores,
contestar el teléfono, haz cualquier movimiento que te despegue de la cama y
del sillón. "Contra pereza, diligencia".
4. - Evitarás actitudes y gestos de
viejo derrumbado, la cabeza gacha, la espalda encorvada, los pies
arrastrándose. ¡No! Que la gente diga un piropo cuando pasas: "¡Qué
rectito el señor!, ¡qué guapa la señora!" Recuerda: las canas ¡se tiñen! y
las arrugas se disimulan con una amplia sonrisa! pero el arrastrar de pies...
eso sí es signo de vejez!
5. - No hablarás de tu edad ni te
quejarás de tus achaques, reales o imaginarios. Acabarás por creerte más viejo
y más enfermo de lo que en realidad estás y te harán el vacío. A la gente no le
gusta oír historias de hospital. Cuando te pregunten ¿Cómo estás?, contestarás
que: ¡Muy bien! ¡divinamente!
6. - Cultivarás el optimismo sobre todas
las cosas. Al mal tiempo, buena cara. Sé positivo en los juicios, ten buen
humor, alegre de rostro, amable en los ademanes. No seas un viejo amargado. Se
tiene la edad que se ejerce. La vejez no es cuestión de años sino un estado
de ánimo. "El corazón no
envejece" (el cuero es el que se arruga).
7. - Tratarás de ser útil a ti mismo y a
los demás. No eres un parásito ni una rama desgajada del árbol de la vida.
Bástate a ti mismo hasta donde sea posible. Y ayuda, ayuda con una sonrisa, un
consejo, un servicio. Al abrirte a los demás, dejarás de estar pensando en un
"yo" angustiado y solitario. "Solo cuando se abre la nuez,
aparece la almendra".
8. - Trabajarás con tus manos y con tu
mente. El trabajo es la terapia infalible. Cualquier actitud laboral,
intelectual, artística. Haz algo, lo que sea y lo que puedas. Una ocupación
artesanal, un rato de lectura, un trozo amable de TV, la música. La bendición
del trabajo es medicina para todos los males y si ya estás jubilado, ocúpate en
actividades de servicio, los hospitales, asilos, iglesias, etc. siempre
necesitan manos que ayuden.
9. - Mantendrás vivas y cordiales las
relaciones humanas. Desde luego, las que se anudan en el hogar, integrándote a
todos los miembros de tu familia. Ahí tienes la oportunidad de convivir con
niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida. Convive, pero sin
inmiscuirte en los problemas de los demás, a menos que expresamente te pidan un
consejo, recuerda: "Ver, oír y callar.
10. - No pensarás que "todo tiempo
pasado fue mejor". Deja de estar condenando tu mundo y maldiciendo tu
momento. No digas a cada palabra: "las cosas andan mal, allá en mi
tiempo...", "recuerdo que antes..." No vivas de recuerdos, mira
hacia el futuro con alegría. Ponte nuevas metas, haz planes, sueña..! Positivo
siempre, negativo jamás. Toda persona debiera ser como la Luna: destinada a dar
luz y como el Sol siempre dando calor...
Se lo voy a imprimir a mi mami...muchas gracias, Conchita. Un abrazo.
ResponderEliminarRocío Alcalá
Me alegro que lo encuentres útil. Un abrazo
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