Hace días mi
reflexión iba por las malas noticias que a diario nos ofrecen los medios de
comunicación, no me quedaba en señalar lo que es obvio, opinaba sobre a mi
juicio la solución que tiene. Hoy quiero opinar sobre otro fenómeno que vengo
observando.
Salvo
algunas excepciones, una gran mayoría clama por la necesidad de transmitir
valores a esta sociedad en la que por sus hechos da la impresión que carece de
muchos de ellos, pero lo que me llama la atención es el esfuerzo a veces
ímprobo por no añadir el calificativo exacto a la palabra valores y que no es
otro que el de cristianos: nuestra sociedad necesita valores cristianos, le
pese a quien le pese.
Me explico,
no hay otra religión que desde hace millones de años haya definido esos valores
tan claramente como Dios lo hizo con Moisés:
¿Qué es la
corrupción? Robar dinero o fama; ¿Qué le dijo Dios a Moisés?: No robarás; no
levantarás falso testimonio ni mentirás.
Nos quejamos
de las noticias que saltan sobre malos tratos a padres, hijos, etc.; ¿Qué le dijo
Dios a Moisés?: Amarás a tu prójimo como a ti mismo; honrarás a tu padre y a tu
madre.
Nos quejamos
de las violaciones y asesinatos, etc.; ¿Qué le dijo Dios a Moisés?: No
cometerás actos impuros. No matarás.
Podría
seguir, pero pienso que con estos ejemplos es suficiente. Estos Mandamientos
son los que el Cristianismo sigue defendiendo, pero hay demasiadas personas que
quieren silenciarlos, les molesta los valores cristianos y quieren arrancarlos
de la mente de todos empezando por las de los niños y por eso se oponen a una
educación religiosa en los colegios y esa carencia repercute en los adultos del
mañana y repercute en la sociedad de forma que los perjudicados somos la misma
sociedad que ahora quiere arrancar a Dios de nuestra vida.
Solo con
palabras de condena y con leyes humanas mal elaboradas no se arreglan las
cosas.
Reflexionemos
porque las cosas hay que arreglarlas en su raíz; una casa en ruinas no se
arregla porque pintemos la fachada.
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