Ayer asistí
a la mejor conferencia que he oído en mi vida, amena, práctica, verdadera,
actual y todos los calificativos que se quieran añadir.
Entre otras
muchas cosas a cual mejor, nos recordó el conferenciante la distinción entre “autoridad
y potestad”, la segunda viene de fuera, te nombran jefe y ahí estás, pero
demasiadas veces ese nombrado jefe carece de autoridad porque la autoridad se
gana cada día y para eso hace falta humildad y dar ejemplo, coherencia de vida,
ir por delante, saber escuchar, saber ceder, contar con los subordinados,
valorarlos: ¡cuántos jefes hay que soportar y que pocos tienen autoridad!...
El jefe que
tiene autoridad sabe implicar a todos en el proyecto, precisamente por eso,
porque los escucha, los valora y cuenta con ellos. Sin embargo y por desgracia
cuántos que tienen como norma de vida la ley del embudo (que decía mi madre),
para mí lo ancho y para ti lo estrecho.
Enhorabuena
al conferenciante Íñigo Pírfano.
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