La verdad
se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.
Las vanas pretensiones caen al suelo como
las flores. Lo falso no dura mucho.
Son siempre más sinceras las cosas que
decimos cuando el ánimo se siente airado que cuando está tranquilo.
No hay hombre de nación alguna que,
habiendo tomado a la naturaleza por guía, no pueda llegar a la verdad.
(Cicerón, sobre la verdad)
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