Populorum progressio
La encíclica
Populorum progressio, presentada por el papa Pablo VI, sobre la necesidad de
promover el desarrollo de los pueblos, adelantó hace cincuenta años respuestas
al desafío actual de la globalización.
Algunos ven que
con su firma el Domingo de Pascua el Pontífice subraya la nueva idea que
contiene, como si se tratara, de alguna manera, de una resurrección de la
Iglesia. No en vano su publicación tuvo lugar poco después de la conclusión del
Concilio Vaticano II.
Comienza a
darse la descolonización de algunos países y el mundo parece dividido en dos
bloques este y oeste. Ante esta realidad, el papa Pablo VI exigía a las
naciones desarrolladas la cooperación con los países más desfavorecidos y
apuntaba que la economía del mundo debía servir a la humanidad y no solo a unos
pocos. Un documento que eleva por primera vez los deberes de solidaridad, por
encima del plano puramente individual, al de las relaciones internacionales.
«La humanidad tiene el deber de ayudar fraternalmente a los países pobres en su
lucha contra el hambre y la ignorancia».
La encíclica
recoge además que la paz real en el mundo está condicionada a la justicia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario